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CRUZANDO EL PUENTE

TRIANA EN EL ALTO CIELO

TRIANA EN EL ALTO CIELO

Muy cerquita del río, de su río, en sus orillas bañadas por una corriente serena y eterna, se escuchó el cantar del barrio mío y con el lamento del dolor de un parto fecundo nació el cante:



Soleá del barrio mío,
la que me hace llorar
escuchando este cantar.

Y está la seguriya
la gracia de los tangos
y la grandeza de la toná.

Tangos de Triana
nacen en la Cava
perfumados de compás.
Martines y carceleras
quejio roto, desgarrados
golpes en el yunque dan.

Flamenquería en sus calles,
esencia en la memoria,
frescura en su talle.

Triana es eterna,
siempre la gloria presente,
es parto doliente
de flamenquería naciente.
Cava Alta, Cava Baja,
San Jacinto y Altozano,
Castilla, Betis y Puente
Río Grande y corriente.

Pólvora y alfares
en un pasado glorioso
barro puro en sus tejares.

Triana, madre del cante,
cuna de cantaores
de artistas con desplante.

El amor es permanente
como barro en el alfar
es Triana latente,
Triana, ¡Eterna será!

Memoria del cante ida,
los sentimientos preñados
en oscuros túneles
de un tiempo sentenciado.

La pena del sentimiento,
la pena del sufrimiento,
lágrimas, llantos, añoranzas
en ausencia de la falta.
De cantaores que no están,
tantos que en la memoria
siempre, siempre estarán.

De Triana el cante se ha ido
a un cielo azul impenitente
por caminos de verde olivo
aún ausente está presente.

Gitanos que se fueron
sin quererse ir.
Gitanos que nos dejaron
con la pena y el sentir.

El Fillo, la Andonda, la Bilbá,
segurillas, martinetes y tonás.
La Gómez, la Josefa
mujeres de tez morena
que cantaron por soleá.

¿ Dónde está Frasco el Colorao?
Maolillo el Maestro, Manuel Maera,
Curro Pabla y Juan Pelao.
En la Triana de altos cielos
con Juana la Rinca y Juan Encuero.
¡ Cánteme señó Manuel Cagancho!
En la Cava del alto cielo
la seguiriya del Reniego
que es cabal sentir trianero.

¡ Cánteme señó Manuel Cagancho!
tu cante que es alma presente
en la Triana de altos cielos
en el día a día, aún ausente
de tu cante enamorarme quiero.

El Mogigongo, El Mojoso,
baile y cante sin fin,
sudores de fragua, afanosos
Noriega y el Tío Martín.

Triana con su sombra
da frescura al cante
no parte el alma, la comba,
nace la luz y parte
un sol radiante que discurre
como llama luminosa del arte
de Mazaco y Manuel Torre.

Sabor de Triana antigua,
ya en el tiempo lejano
en el alto cielo, el eco del cante
Segurillas y tonás-livianas.

¡ Triana !

Jardín de perfumes y aromas.
Cava semilla de la soleá.
En otro jardín de flores
rosas y claveles están.
El Garfia, Vigil y el Pinea
cortando tallos de la soleá apolá
Joaquín Costillares, Manolo el de los burros
El Pili, El Pintirropo y Wenceslao,
jardineros del cante que se nos fueron.
Emilio Abadía, El Sordillo,
Joaquín y Antonio Ballesteros,
perfil de rosas, barros por tejares cocido
tallos de cante de Domingo el Alfarero
resuenan los ecos en el alto cielo.

¡ Aún suena en el Zurraque !

Ausente el Teta, Oliver y el Arenero
la Soleá de los alfareros,
germinó la semilla presente:
el cante de Márquez el Zapatero.
Y con Paco Taranto
¡Que no se vaya el cante!
¡ Nunca !
De una Triana ya lejana
que siga estando presente
en las calles de Triana.



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