EL QUERUBÍN - CUENTO
Hace unos dias unos grandes amigos nos invitaron al bautizo de un Querubin, su nieto, y esto es todo lo que ocurrio:
Era fiesta en los Patios Azules del cielo, los querubines jugaban, existía un gran jolgorio, corrían unos detrás de otros. ¡Que belleza la de sus caras! ¡Unas rubias, otras morenas! ¡Pelos rizados! Pero en un rincón, uno de ellos estaba triste, pensativo y al mismo tiempo que desconsolado, aislado, nadie le echaba cuenta, tan ensimismados estaban los demás con sus juegos, que ni siquiera notaban la tristeza y la soledad del querubín.
El día pasó y todos se recogieron, la noche para él se hizo larga, tediosa, pensaba y pensaba, por su cabeza no dejaban de pulular unas ideas lejanas a las realidades del Cielo.
Amaneció el día celeste, todos formaron y corrieron nuevamente a los patios para juguetear, cuando uno de ellos notó su falta, todos se preguntaban si lo habían visto, nadie sabía nada, se encogían de hombros, preguntándose asimismo que le habría pasado, hasta tal punto llegó la preocupación que decidieron ir a hablar con el Ángel Custodio.
¿Quién habla con él? ¡Tu! ¡Yo no! ¡Tu! El Ángel que se estaba dando cuenta de que algo ocurría, de inmediato mando a callar y preguntó: ¿Que ocurre? Todos estaban callados, se miraban. Por fin uno de ellos, él mas atrevido le comentó que habían echado en falta a uno de ellos. El Ángel Custodio quedó pensativo y dirigiéndose a todos con cariño le explicó que no se asustaran, ni se preocuparan, que había sido una decisión de Dios.
El tiempo pasó, y los querubines no tuvieron noticia alguna, la vida en los Patios Azules del Cielo se desarrollaba normalmente.
En la Tierra se iba a celebrar un bautizo, había nacido un niño guapísimo y para colmo, como es natural en estos casos se iba a celebrar, y que bonito, se lo ofrecieron a una Virgen muy bonita y Dulce como su nombre.
El Ángel Custodio había bajado, como en tantas ocasiones, era su tarea celestial, y cuando se acercó para ver al niño, quedó sorprendido, el Querubín que faltaba en el Cielo era él, un Querubín en la tierra y por mas señas con un gran nombre como el de Javier. El Ángel Custodio sorprendido de inmediato voló al Cielo y reunió a todos los Querubines para darle la noticia. Todos saltaron de alegría, el Querubín Javier estaba en la tierra. Saltaban y bailaban la fiesta duró muchos días, ya sabían donde estaba.
A ti bonito Querubín
que del Cielo has bajado
Javier te han puesto por nombre
Como Javier ha sido bautizado
Y a la Virgen del Dulce Nombre
Con dulzura presentado.
Que bonito nombre es el que llevas
El del Santo Francisco Javier
Que honra llevar su nombre
El que por ti velará y te hará crecer.
A ti bonito Querubín
que del Cielo has bajado
Javier te han puesto por nombre
Como Javier ha sido bautizado.
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