TRÁGICA MUERTE DE JOSELITO EL GALLO
En el día de antesdeayer 16 de Mayo se cumplieron noventa años de la desaparición de un gran torero llamado José Gómez Ortega “Joselito El Gallo”.
La desgracia de Talavera de la Reina supuso en el mundo del toreo una conmoción; hasta tal punto que marcó un antes un ayer en el mundo del toro.
Sirva los documentos expuestos en este medio, como el recordatorio a un gran torero y a su vez como reivindicación individual de los momentos en que se encuentra nuestra Fiesta en algunos lugares de nuestro territorio peninsular, queriendo dejar aparcado todo un cultural proceso histórico, tirando al saco de los papeles, la papelera, un cúmulo de hechos para dejar de ser quien somos.
El transcurso de la Historia moldea los pensamientos y forja caracteres, elevando a las personas de cierto lugar o pago. Esperemos que este disparate no se consolide y volvamos a la razón de que la Fiesta de los toros en la Comunidad Autónoma de Cataluña es parte indivisible de su Historia.
En los videos expuestos de mi archivo personal, podemos observar como los realizó “Producciones Regia Art Film – Barcelona” Una Productora de la Ciudad Condal de los años veinte con motivo de su muerte y que hoy en día se considera antitaurina.
La Revista la Lidia de fecha 25 de Mayo de 1920, en su pagina 19 aparece la siguiente crónica que transcribo. Es la fotografía que ilustra este articulo. Vayan estas humildes letras para el recordatorio del que fue un gran torero y la modesta reivindicación solidaria con la afición taurina catalana.
LA TRÁGIGA SONRISA
¡Hasta luego, José¡
Al gran aficionado Ventura Bagúés, mi fraternal amigo, en la más triste ocasión que vieron los siglos del toreo.
¡Joselito ha muerto! ¡Y le ha matado un toro! No lo creíamos, no queríamos creerlo; pero la triste realidad se impuso. Aun ahora nos parece imposible; pero es verdad. ¡Pobre Joselito!
El, que todo lo podía y todo lo hacía y todo lo dominaba con su arte y su valor, sin esforzarse, sin hacernos sentir la sensación del peligro, ha muerto en las astas de un toro.
Llegó a la cumbre de su arte; fue el torero más grande que ha existido; todas las maravillas de la tauromaquia tuvieron cabida en la historia de Joselito Maravilla, quien nos proporcionó todas las sorpresas que podíamos recibir en el toreo, hasta la inesperada y cruel de esa muerte dolorosa y aciaga, tan brutal como absurda.
Yo he visto sobre la mesa de operaciones, en la enfermería de la plaza de Talavera, el cuerpo inanimado de Joselito, frío, rígido, yerto, y no podía creer que me hallase en presencia de un cadáver.
Tenia el rostro de un color amarillento, de un moreno pálido. Los rebeldes cabellos, ensortijados y alborotados resaltaban con su negrura sobre la palidez satinada de la piel. En el cuello y en los hombros aparecían como extensos cardenales, las peculiares manchas cadavéricas, La expresión del semblante era tranquila y serena, de una placidez asombrosa.
No me será fácil olvidar la impresión que me produjo la serenidad angustiosa de aquella cara. Los labios blanquecinos, parecían sonreír de un modo inefable. ¡Trágica sonrisa l
En aquella triste y fúnebre estancia, Joselito el Gallo era el único que denotaba en la expresión la tranquilidad del espíritu. Me hizo el efecto de que se mostraba satisfecho de sí mismo, como un triunfador.
¡Triunfador! ¿De qué? De todo, menos de la muerte. Quizás de la muerte también...
¡Oh! Pocas horas antes, aquel cadáver era un ser lleno de vida, un ser todo juventud, pletórico de fuerza y agilidad, sobrante de salud y de alegría. ¡Infeliz Joselito!
Fue un hombre de suerte muy desgraciado. No hay en esto contradicción ni paradoja. Joselito tuvo la suerte de llegar en lo suyo a cuanto se podía; gloría, popularidad, riquezas, todo lo consiguió pero tuvo la desgracia de morir trágicamente en la flor de la edad, sin ver realizada la mayor de sus ilusiones, lo que constituía el ensueño de su vida.
Joselito se hallaba locamente enamorado de la hija de un famoso ganadero.
Pensaba retirarse dentro de un par de años a lo sumo, pues si grande, muy grande, era su afición a los, toros, mayor era la inclinación amorosa que latía en su pecho. Una cornada cruenta vino a tronchar en flor las ilusiones del infortunado lidiador. ¡Triste destino!
Escribo estas cuartillas sin orden ni concierto. Llevo más de cincuenta horas sin dormir. No puedo desechar la impresión de estas horas amargas ¡Aquella enfermería de plaza de pueblo, miserable y trágica!... ¡Aquel cadáver que sonreía¡...
Conservo un recuerdo del desdichada José, a quien tuve por amigo. Nadie más que yo pudo ver, en la fonda, el traje grana y oro que llevaba el diestro, De la casaquilla corté, un alamar, y de la taleguilla un trozo de forro del sitio preciso en que recibió la mortal cornada. Este pedazo de tela está manchado por el iodo de la cura, pues no sangró ni gota. Tengo los recuerdos ante los ojos, y ellos me traen a la memoria el cadáver sonriente de Joselito ¡Pobrecillo!
Con el féretro que lo guardaba vine a Madrid desde Talavera. Y tras el féretro marché al entierro del cual me separé en el Prado, después de lanzar una última mirada de despedida a a la caja de plata. Allí dentro iba el pobre José, tan joven, tan desgraciado. Pero tengo la seguridad de que sonreía. ¡Siempre igual!
¡Adiós, Joselito! Ya no volveremos a verte. Te acabaste para el arte y para los hombres, tus enemigos ya no te odiarán; tus amigos te llorarán largo tiempo ¿Cuándo volveremos a encontrarnos, si es que ya no ha de ser eterna la separación.
¡Qué vida ésta! ¡Qué perra y maldita vida! ¡ Hasta luego, José ¡ Mientras los años transcurren y llega ese luego lleno de misterio, en que quizás hemos de reunirnos todos, descansa en paz. ¡Hasta luego!
Luis URIARTE
6 comentarios
David Camiña -
javier albea ortiz de la tabla -
se le parte el alma a este buen amigo de José.
qué tragedia mas grande tuvo que ser vivir aquellas horas.
luis eduardo rosada moran -
rosa -
A. María Rodríguez Rogel -
Beats Headphones -
I think there's a conspiracy out there in the cyber-world against me.
I mean. Seriously!
Oh well.