ENTRE JARA Y ALCORNOCALES
Entre Jaras y Alcornocales, dicha venturosa del esplendor y la belleza de la mirada a un paisaje que eleva el espíritu de los recuerdos de juventud, olor del tomillo y el romero que embriaga el alma, encendiendo la llama de las creencias y añoranzas, refugio de nostalgias vividas y pasadas.
Silencio en la aldea, música mañanera de cencerradas sublimes en el despertar de la dormida en la noche acabada. Rocío mañanero fortificador de verdes prados.
Andares en senderos acariciados por los pretiles de pizarra, besada por las verdes y acariciadoras trepadoras componiendo un altar de belleza sublime.
Torrentera que con su siseo acalla el murmullo de la palabra siendo ella solo la protagonista en el bello silencio de la serranía.
Jabuguillo, aldea y antesala de una sierra que enamora los corazones, balcón de horizontes infinitos de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
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