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CRUZANDO EL PUENTE

LIBROS

FRANCISCO VEGA DE LOS REYES “CURRO PUYA”

FRANCISCO VEGA DE LOS REYES “CURRO PUYA”

Este libro de Francisco Vega de Los Reyes "Curro Puya" para los trianeros fue presentado en el Salón de Carteles de la Real Maestranza de Caballería con gran asistencia de público y Medios de Comunicación.

Al mismo le acompañé un DVD inédito con imágenes del torero en la Real Maestranza en el año de 1929

IMÁGENES 

 Las imágenes corresponden a los rollos de películas familiares de los conocidos como Pathé Baby de 9.5 mm. Películas que dejaron de fabricarse hacia 1950 por lo que cualquier rollo de este tipo posee un mínimo de 55 años. Las imágenes taurinas proceden de esta colección (rollo nº 11)

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INDICE                                        

PROLOGO

SILENCIO

INTRODUCCIÓN

TRIANA Y SEVILLA

INICIO DE SU CARRERA

LA ALTERNATIVA

CONFIRMACIÓN DE LA ALTERNATIVA

ANÉCDOTAS     

EL FATAL DESENLACE

DETALLE DE LA CORRIDA

LA COGIDA

MOMENTOS DE LA COGIDA

EL TORO FANDANGUERO

 EN LA ENFERMERÍA

EN EL SANATORIO DEL DOCTOR CRESPO

POBRE GITANILLO

A LA MUERTE DE GITANILLO                      

EL TESTAMENTO

EL FUNERAL

HABLANDO CON HEREDIA, EL AYUDANTE

CUSTODIA ROMERO

HERMANDAD DE LOS GITANOS

LA ESTRELLA DE LUTO

EL CACHORRO

CURRO MELOJA

EN MÉXICO

CORRIDAS TOREADAS EN SEVILLA

LA DINASTÍA

RAFAEL VEGA DE LOS REYES.

JOSÉ VEGA DE LOS REYES

 FRANCISCO MORENO VEGA

COINCIDENCIAS HISTÓRICAS

EPILOGO

AGRADECIMIENTOS

 

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La Fiesta de la Tauromaquia y nuestra ciudad han caminado cogidas de la mano a lo largo de nuestra historia, siendo Sevilla el germen y origen de un toreo diferenciado, hasta el punto de crear una escuela dotada de una estética especial, caracterizando al toreo sevillano.

 Rescatar todo lo concerniente a la vida de nuestra ciudad, que en definitiva es rescatar nuestra memoria histórica, es un hecho de vital importancia para dar a conocer parte de nuestra historia, en este caso, la de un torero trianero, que alcanzó la fama, elevando el nombre de la ciudad que lo vio nacer, universalizándola.

El Gobierno de Sevilla trabaja en apoyo de la investigación y divulgación de todo el legado histórico que nuestra ciudad posee, en todas sus facetas. Por eso nos satisface poder contribuir a destacar el papel fundamental que ha jugado Sevilla en la historia de la tauromaquia, en este caso con la enorme figura de Francisco Vega de los Reyes, “Gitanillo de Triana”, para los trianeros siempre llamado “Curro Puya”.

Para finalizar quiero dar la enhorabuena al autor y amigo José Manuel  López Mohiño por el esfuerzo realizado, cuyo excelente resultado recoge de forma ordenada y amena una pequeña parte importante de la historia de Sevilla en los años veinte, y que sirve para que ampliemos nuestros conocimientos del ser y estar sevillanos.

Un cordial saludo a todos y a todas.

                                             Alfredo Sánchez Monteseirín

                                             Alcalde de Sevilla.


PRÓLOGO 

El toreo trianero, al igual que en el cante, se ha distinguido siempre por tener un sello único y especial; de aquellos corrales y patios, de aquella Triana del barro de los alfares y cantes junto a la fragua, entre el Puerto Camaronero y la dehesa de Tablada, salieron toreros que han escrito su nombre con letras de oro en el libro de la tauromaquia.

Ya en el siglo XIX, el diestro Antonio Montes, sacristán de la Iglesia de Santa Ana, fijó los primeros cánones de la tauromaquia característica de esta orilla. Este torero trianero, que según cuentan toreaba con una quietud asombrosa para aquella época, influiría de manera decisiva sobre Juan Belmonte “El Pasmo de Triana” que dijo en cierta ocasión que para torear bien no hacían falta los pies porque "se torea con el alma", introduciría tres componentes que cambiarían la concepción estética del torero: Adelanta la pierna, hunde el mentón y saca el pecho.  A partir de entonces, el toreo artista siempre irá acompañado de estas características; por tanto, lo revolucionario de su toreo acabaría convirtiéndose en clásico.

Francisco Vega de los Reyes, Curro Puya, popularizaría también el apodo de Gitanillo de Triana después de que en un tentadero dejara fascinado al rejoneador Antonio Cañero e inspira a Juan Belmonte a que dijera aquella frase sentenciosa: "He visto torear a un gitanillo de Triana..."

 Pero tanto Curro Puya como Cagancho, fueron más que dos continuadores de la Escuela Belmontina. Con ellos nacerá ese toreo puro, que pellizca el corazón, que hace llorar y parte camisas... Los dos serán la fuente donde después beberían, entre otros, dos genios, dos intérpretes inigualables del toreo: Curro Romero y Rafael de Paula.

Si Cagancho estiliza el toreo heredado de Belmonte, Curro Puya ahonda en él, llegando a torear con el capote con mayor lentitud y con las manos aún más bajas. Ahí radica la enorme importancia de Curro Puya, ya que marca un antes y un después en el toreo a la verónica.

Su verónica era lenta, suave y de una indescriptible belleza. Mecía el capote en lances inacabables, como si se estuviera mirando en el reflejo de un Guadalquivir encantado. Toreaba con una desmayada cadencia, con el capote lánguido, embrujado por duendes caprichosos.

La foto que se conserva toreando al toro "Como Tú" de la ganadería de San Mateo, es un auténtico monumento al toreo de capa. Sólo los escogidos por el ángel de la gracia han podido torear con la profundidad y la hondura de Curro Puya.

El autor de este libro, José Manuel López Mohíño es un hombre de una admirable sencillez y profunda humanidad. Además de articulista y conferenciante, es un apasionado y estudioso del flamenco y gran amante de la orilla que le vio nacer y crecer; es un hombre que se entrega desmedidamente a los demás, y ésta actitud se ve reflejada en estas páginas. Al igual que ya hiciera en su anterior libro, titulado Toda la verdad sobre Anita Sevilla, el autor rescata a un nuevo personaje para que su vida y sus fotografías no se queden en las páginas sepias del olvido. De esta manera, va haciendo un recorrido por la vida de este torero trianero: desde los inicios de su carrera y la alternativa -de manos de otro genio, Rafael El Gallo- hasta la trágica tarde en Madrid y el multitudinario entierro.

El libro termina con unas curiosas coincidencias históricas y con los toreros que entroncan con esta rama pura y juncal, con todos los que forman parte de la dinastía que empezara este sumo pontífice del toreo a la verónica.

Se trata, pues, de un libro muy documentado y enriquecido con numerosas fotografías y crónicas de la época. Hay que resaltar la magnífica portada del pintor Antonio Badía y el DVD que se incluye, con momentos de una memorable actuación en Sevilla. Todavía, antiguos aficionados, recuerdan el toreo eterno de algunas de sus inolvidables tardes en las que fue traído, cruzando el Puente de Triana y la Plaza del Altozano, hasta su misma casa, junto al corral de Villatroya. Se cumple en centenario de un excepcional torero, Curro I de Triana, el que toreaba como otros soñaban torear, príncipe y alfarero del toreo majestuoso en tardes de gloria en el Arenal... 

Los lances de tu capote

han dormido a la Giralda

y han hecho llorar al río

por seguiriyas gitanas.

 

Curro Puya, Gitanillo,

con su traje de oro y grana

hoy se anuncia en los carteles

de la Real Maestranza.


Ya se inició el paseíllo

y hay un silencio en la Plaza...

Los chiqueros se han abierto,

 el toro al albero salta,

y Curro -cristal y bronce-

con sus muñecas quebradas,

va dando ritmo y cadencia

 a verónicas templadas,

igual que se templa el hierro

con el compás de la fragua.


Revuelan las golondrinas,

las seis el reloj marcaba...

 ¡pero el reloj se ha parado

y las manillas no avanzan!

 

Tu primo, Joaquín "Cagancho",

con un pellizco en el alma,

se emociona en la barrera

 mientras Manuel Torre canta...

Y tú, Vega de los Reyes,

Gitanillo de Triana,

 Curro Puya, ángel torero,

con el bronce de tus palmas

le das caricias al viento

 con el duende de tu raza,

el toro va hipnotizado

en los vuelos de tu capa.

 

Por los corrales y patios

ya repican las campanas

con ecos de cante gran

 ¡Que está de fiesta Santa Ana!

 

Del Puente hasta Villatroya,

y en las calles de la Cava,

van bailando los gitanos

con sus camisas rasgadas...

 

¿Qué tienes tú, Curro Puya,

que hasta el corazón se para,

y haces detener al tiempo,

y pones de pie a la Plaza?

¿Qué tienes? Dime ¿Qué tienes?

Dime el secreto que guardas,

que has hecho llorar al río

por seguiriyas gitanas

y soñando con tus lances

se ha dormido la Giralda...

 

                      Rafael Peralta Revuelta

 

                                  SILENCIO

                                  Que triste tarde aquella

                                  que te cogió Fandanguero

                                  está de luto Triana

                                  se quedó sin el requiebro

                                  de la gracia del toreo.

                                  Triana lloró de pena

                                  la Cava quedó callada

                                  Triana  en silencio

                                  llorando la muerte

                                  de un gitano torero.

 

                                  Doblan, tañen las campanas

                                  Sant´Ana toca a duelo

                                  la Plazuela está callada

                                  por la muerte de un torero.

                                 Te fuiste al alto cielo

                                 por culpa, por la culpita

                                 de un torito negro

                                 negrito como la pena

                                 que triste tarde aquella

                                 que te cogió Fandanguero

 

                                 La Estrella  enlutada

                                 llorando está de pena

                                 al no hacer el paseíllo

                                 un torero de la Cava

                                 de nombre Gitanillo.

                             ¡Si! Gitanillo de Triana

                                 que un día le pusieron

                                 ya no esta con nosotros

                                 está toreándole a Dios

                                 en los altísimos cielos.


                                             José Manuel López Mohiño

 

INTRODUCCIÓN

El día 23 de Septiembre del año de 2003, se cumplieron cien años del nacimiento de  “Curro Puya”, si bien algunos cronistas de la época dan como fecha de su nacimiento el 23 de Diciembre del año 1904, no obstante damos como valida la que aparece en el epitafio de su panteón. “Curro Puya” fue el apodo  con  el  que  se  conoció a Francisco Vega de los Reyes, en su barrio de Triana  para  después  romper  artísticamente  con  el  seudónimo  de “Gitanillo de Triana”. Pienso que es de justicia un reconocimiento público, por muchas razones, una de ellas, la más importante, al menos para mí, que no quede en el  olvido  un torero trianero que fue el precursor de una dinastía, y algo fundamental, que al morir muy joven no quede perdida su memoria en los caminos del tiempo todo el arte que atesoraba, y lo que representó en nuestra reciente historia del toreo.

Su personal estilo de torear fue algo inimitable, gran personalidad y enjundia la de su toreo. Torero carismático, hondo y profundo, cautivó a la afición durante su corta carrera artística. Castigado por los toros, no fue un torero de suerte, se ensimismaba con el toreo; estaba más en su genial creación que en la lidia, es aquí donde estriba la diferencia, sin lugar a dudas fue un torero de arte, no un lidiador, esto ocasionó que en la desgraciada tarde madrileña del 31 de Mayo de 1931, el toro de nombre Fandanguero, de la ganadería de don Graciliano Pérez –Tabernero acabara con su vida en plena juventud.       

Para honrar su memoria, trataré de narrar todo lo que ha caído en mis manos acerca de su persona, al mismo tiempo que podremos contemplar, gracia a los medios técnicos de nuestros días, unas imágenes rescatadas de los años veinte, con las cuales  comprobaremos su toreo y el ambiente que reinaba en la plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla en aquella época.    

Detalles históricos ya en el recuerdo, pero de una gran importancia por lo que significó este gitanito de Triana en el mundo del toreo; momentos fatales y espeluznantes de los momentos de la cogida y el sufrimiento padecido posteriormente a ella. Su funeral significó una noticia de gran relevancia que conmovió a toda la sociedad de su tiempo, en una época de grandes convulsiones sociales por los que pasó nuestro país con el advenimiento de la segunda República.

Anécdotas que caracterizaron siempre al mundo del toro y muy en especial a un torero genial como fue Rafael el Gallo en los instantes de su alternativa.

Detalle de la critica de las corridas que toreo en su Sevilla natal demostrando la importancia que jugó su persona en el mundo del toro de aquellos tiempos, poniendo de manifiesto que llegó a ser una gran figura del toreo.

Tengo que agradecer a todos aquellos que han acogido esta idea con gran ilusión, en especial a toda su familia, y en particular a su sobrino Francisco Moreno Vega “Curro Puya” en la actualidad profesor de la Escuela de Tauromaquia de Sevilla y a la Peña Trianera rincón emblemático de una Triana legendaria ya ida, cumplirá esta institución sus setenta y cinco años el próximo año dos mil siete, representada por su presidente Manuel Pérez Luque, siendo el paradero de los toreros trianeros, donde se han llevado a cabo dos jornadas participando la critica taurina, escritores y un  poeta joven de la más honda estirpe torera como es Rafael Peralta Revuelta  autor del prologo de este libro.

                                                                                El autor   

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                            Detalle de la tumba de Curro Puya donde aparece su fecha de

                                          nacimiento  Sevilla, 23 de septiembre de 1903

 TRIANA Y SEVILLA

 

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                                           Entrando en Triana

Triana, el barrio que vio nacer a Curro Puya y Sevilla a principios de un siglo que se iba a caracterizar en su discurrir por los grandes cambios experimentados, era una ciudad en la decadencia de pasados esplendores, contando en 1900 con un padrón municipal de 148.000 habitantes que experimentó un crecimiento notable  a medida que iban avanzando sus primeras décadas llegando a alcanzar los 200.000. Calles y plazas solitarias donde los niños jugaban sin temor alguno a un transito rodado inexistente, se jugaba al toro, se trataba a imitar a sus grandes figuras todas oriundas de un estrato social  generalizado como era la pobreza reinante. Opulencia y miseria sin la existencia de una clase social media que pudiera amortiguar el contraste existente dando lugar a un enfrentamiento social inevitable. Decía nuestro prestigioso Premio Príncipe de Asturias de las Ciencias Sociales y Medalla de Oro de Sevilla, don Antonio Domínguez Ortiz que –Sevilla era una Casa de Tócame Roque en la que, como decía un castizo, “no comemos pero no reímos la mar” y era verdad: reinaba el buen humor-. Tabernas y barberías eran lugar de reuniones, como así las puertas de los corrales y casas de vecindad donde se formaban animadas tertulias que ocultaban dolores hondos, penurias y quejas, reivindicaciones necesarias para salir de una miseria galopante.

La Sevilla provinciana y Triana el viejo arrabal, donde en especial el habita eran los corrales y casas de vecindad, luchaba denodadamente para encontrar soluciones que le dieran una respuesta al hambre, determinó un comportamiento especifico ya que  Triana  desde  su configuración como núcleo poblacional fue un caso atípico en relación  con  el comportamiento del resto de la ciudad;  hasta  tal punto, que desde la otra orilla del río el venir a Triana se consideraba una odisea, debido  a  su  mala  fama, donde  se creía que las reyertas  eran  continuas  y  los  navajazos  estaban  a la  orden  del  día.

¡Cierto que se dieron en ocasiones! pero de esto  a  que sus gentes, fueran  gentes  del mal vivir, va   un  abismo. No dudamos que estas  manifestaciones se dieran más  que en otro lugar, pero generalizar y decir que todos lo vecinos fueran unos díscolos y bravucones es una exageración,  ¡Tal vez haya obedecido a unos intereses  muy concretos  de la  clase  dominante de la época!  Éste sambenito lo  ha llevado  a cuestas  el barrio durante  muchos años.

Para analizar las circunstancias que motivaron estas expresiones diferenciadas, no tendremos más remedio que entrar en la observación del porqué de un carácter y muy en particular en mundo artístico y en especial en el toreo, donde Curro Puya aportó un estilo muy personal estableciendo unas formas y modos distintos, siendo el resultado de los comportamientos ancestrales de los trianeros.

Aunque sea brevemente,  para tal fin  tendremos que remitirnos a los antecedentes históricos, que sirvieron de base y en donde las circunstancias  socioeconómicas y políticas jugaron  un  papel determinante a la hora de forjar un pensamiento y una forma de ser.

Triana estuvo sometida a un natural aislamiento geográfico, donde el río fue el principal protagonista. Este aislamiento forzoso se vio amortiguado al ser una zona de gran riqueza agrícola y el lugar de paso de toda la zona del Aljarafe, comarca de feraces tierras que  jugaron un papel de importancia a  la hora de abastecer a la ciudad.

La llegada de los gitanos ubicándose definitivamente en el barrio, aportaron  una nueva mezcla  al mestizaje nacido en esta margen derecha del río y a extramuros de la ciudad, dotando a Triana de un orientalismo del que Curro Puya fue un heredero al ser descendiente de aquellos clanes, dotando a su toreo de una sensualidad proporcionando el deleite de los sentidos, creando la estética y la belleza por él trasmitida naciendo en consecuencia un toreo distinto y diferente: el toreo de los gitanos trianeros.

El carácter  del  trianero es fruto del mestizaje que surgió de las culturas llegadas, un barrio  en  el que  nadie se sentía  forastero, Triana fue, ha sido y es un barrio de alubión siendo Francisco Vega de los Reyes un fiel exponente, en este caso en el toreo, del resultado de todos estos avatares históricos que se dieron en el barrio que lo vio nacer.

La configuración  del estrato social de Triana siempre fue bajo, donde sus corrales habitados por gentes de la más humilde condición forjaron un pensamiento bien diferenciado.

Triana al estar sometida al aislamiento natural, no se contaminó de las expresiones y  comportamientos de  la  ciudad, crea su propio léxico y su propia fonética, aparte de que el río vuelve a  ser el protagonista, no  sólo ya  por  ser  una barrera separadora, sino por las anegadas que traía puntualmente  todos los años, estando este núcleo poblacional  supeditado al azote que estas ocasionaban, naciendo de todo este cúmulo de circunstancias  una filosofía  en la manera de pensar,  esto  unido  a la configuración de su caserío: casas bajas a lo más de dos plantas y  en su mayoría corrales y patios  de  vecindad, toda  la  vida se realizaba en la calle, al aire libre, con la cual las relaciones humanas  y la solidaridad era una constante  auspiciada por las carencias existentes, de aquí que Curro Puya fuera un torero solidario con las gentes de su barrio a las cuales a muchas de ellas ayudó a parte de su familia.

INICIO DE SU CARRERA                                              

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Curro  Puya, nació  en  la  trianera  calle de  la  Verbena, en la actualidad Rodrigo de Triana, el  día  23  de  Septiembre  de  1.903,  teniendo sus  padres: Manuel Vega Romero y  Carmen de  los  Reyes García, una herrería en la Cava de  los  Gitanos, en  el número 120, que es como se conocía a esta parte la calle Pagés del  Corro, dedicándose a la fabricación de unos ganchos llamados grapas gitanas o puyas, utilizadas en los postes de las alambradas que protegían  los cerrados de los toros, de aquí el origen del apodo de “Curro Puya”.

La vida de “Curro Puya” aquel gitanito de  Triana, el tercero de siete hermanos, ( Manuel “Pacorro”, Pastora, Curro, Antonio, José, Manuela y Rafael) iba cambiar con   sólo  la edad  de  quince años, cuando en compañía de unos  mozalbetes de la Cava, entre  los  cuales  se encontraba  el que más tarde sería un gran matador de toros, no era otro este que Cagancho, se fueron a la dehesa de “Los Gordales” a las afueras de Triana, a torear un novillo que se había desmandado la noche anterior, toreándolo de capa, dejando asombrado a los que le acompañaban. Desde este  mismo momento nació un mito, todo el  barrio  quedó impregnado de su esencia, el rumor de  que  había  nacido un torero, corrió por  sus calles  y  plazas.  En el invierno de 1923-1924 asistió  a  un  tentadero de la ganadería   de don Narciso Darnaude  toreando una vaca  brava  con  tanto lucimiento, que todos  los  presentes  auguraron un gran porvenir como matador de toros. Días después visitó  el  tentadero de  los  señores  Moreno Santa María, en la Marmoleja, toreando colosalmente, hasta tal punto que  el  matador  de  toros Angelillo de Triana y  el banderillero el “Sargento” hablaron con Domingo Ruiz, que quedó en avisarle para  ver  torear al torerillo. Así ocurrió, efectivamente, el 22 de abril de 1924 el señor Ruiz  llevó  a  Curro Puya a la ganadería de don Antonio Flores, en Aznalcollar y ante Belmonte, Cañero, Angelillo  de  Triana, Sargento, Guerrilla y Mérida  y los aficionados señores Matos y Gillis, volvió a repetir su toreo asombroso. Juan  Belmonte  quedó  impresionado: ¡ Cómo  torea  ese gitanillo de Triana! desde  ese  mismo  momento quedó bautizado con el nombre artístico de “Gitanillo de Triana".

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                    La Cava de los Gitanos donde sus padres tenían la herrería

 Francisco Vega de los Reyes,”Curro Puya” torea su primera novillada el 18 de Mayo de  1924, en  la plaza de toros de San  Fernando, al mismo tiempo que recibe el  bautizo  de  sangre  al ser cogido por un toro de la ganadería de Félix Gómez. A Curro Puya le persiguió el infortunio toda su vida, no fue un torero de suerte, no lo respetaron los toros, en el se cebó la desgracia, desde el primer momento de su debut como novillero hasta pagar con su muerte el 14 de Agosto de 1931, debido  a la cogida sufrida en la antigua Plaza de Toros de Madrid aquel fatídico día, triste y desgraciado del 31 de Mayo.

 Se presentó en Sevilla como novillero el día de la Virgen de los Reyes – 15 de Agosto de 1925 - con novillos  de Molina alternando con Cagancho y Andrés Mérida. Su  presentación  en  Madrid la realizó 30 de Julio de 1926, logrando un triunfo apoteósico.

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 Puente de Triana en 1925 por el que llevaron a hombros a Curro Puya el  día  de             su presentación  en la plaza de toros de la Real Maestranza, costumbre tradicional de los         toreros de Triana cuando  triunfan

Su toreo estaba lleno de enjundia y duende, toreo despacioso y acompasado, muy  especial  con  la capa, con  las  manos  bajas, hasta  el propio Gregorio Corrochano, crítico taurino de su época le llegó a peguntar: “Gitanillo, ¿Se te para el corazón cuando toreas? dejando  escrito  en un articulo del diario ABC, en el que afirmaba que “toreaba tan lentamente, de modo tan pausado que, a veces, parecía que detenía el tiempo”.

 Curro  Puya, fue  un  torero de sentimiento  hondo  y  profundo, a  la misma vez que  una  persona  afectuosa, buena  y  sencilla  que  ayudó  a  muchas gentes de su barrio  de  Triana, siendo  un  gran  admirador de Juan  Belmonte, del que se confesaba ferviente admirador.

 “Gitanillo de Triana”, para  las  gentes  de  su  barrio Curro Puya, fue un torero de  embeleso, de  arte, tal  vez  es  aquí donde  radicaría, a  parte de su mala suerte, tantas cogidas, no  lidiaba, se  ensimismaba, se  metía dentro de sí, creando  una  catarsis de  belleza, de  estética  y  de  conjunción  plástica  imposible  de imitar, pensamos que  se  olvidaba  del  peligro  que  encierran  los  toros, porque  estaba  más  en la creatividad y en la esencia grande su toreo. 

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Francisco Vega de los Reyes con traje campero 

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    Viendo torear a Curro,

       Preguntaba una gitana:

                 ¿Dónde está el toro, mi niño?

    Y Puya vuelve la cara

          Mira muy serio a la moza

          Y responde con desgana:

               A mis pies lo tiene hermana.

Un editor acaba de lanzar al mercado un álbum de postales bajo el titulo de “Siluetas populares”,  que consta de veinte retratos-caricaturas  de  las  veinte  figuras más salientes de la torería moderna y contemporánea. De entre ellas sacamos la número 17, que es la correspondiente a Francisco Vega de los Reyes, Gitanillo de Triana.

                                                   (Dibujo Gutiérrez-Navas)

       Reproducción del retrato-caricatura que le dedicaron en su  época de matador de toros

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En el Mundo Gráfico de fecha 11 de Mayo de 1927,  antes de tomar la alternativa  aparece la siguiente crónica que transcribimos:


No como una esperanza prometedora, sino como una magnifica realidad, ha surgido en Madrid una primera figura del toreo. Nos referimos a Gitanillo de Triana, que obtuvo en la novillada del 2 de Mayo un éxito enorme, rotundo, definitivo, en la plaza de Toros de Madrid.

 La afición  lo  ha  consagrado ya como á uno de su más admirado artista, y Gitanillo de Triana será un nombre que desde ahora figurará en todos los carteles de atracción.

 Los lances de capa suaves, majestuosos y torerisimos de Gitanillo de Triana, repetidos en uno y  otro toro, tuvieron la virtud de hacer estallar las más cálidas ovaciones del público, entregado ante el prodigio de un arte excepcional.

 Para  buscar  un punto de comparación al toreo de capa y muleta de Gitanillo de Triana, habría que llegar a Juan Belmonte, el famoso lidiador que no en vano apadrinó a este novillero desde que le vio actuar en un tentadero.

 Sin  precipitaciones, sin  pretender  ser  excepcional y explorar torpemente la expectación de  un  día, que  él  no necesita de estos trucos, Gitanillo de Triana seguirá actuando  de  novillero  hasta que una tarde, memorable para la afición, vaya a  la  alternativa, hecho  y  cuajado, y reciba la  suprema investidura de manos  de  Belmonte,  que si fue el primero en señalar sus aptitudes en el tentadero sevillano, debe  ser, por  derecho  propio, el  que consagre matador á este nuevo diestro  trianero  y  deje en sus manos morenas la inapreciable herencia de un arte que ha de tener en Gitanillo de Triana el más firme y notable continuador.

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Crónica del Mundo Gráfico del 11 de Mayo 1927

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 Juan Belmonte García

 “El Pasmo de Triana” fue su mentor del que Curro Puya fue un ferviente admirador.

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He aquí un lance de capa en el que el torero, recto, suave, sin retorcimientos, deja pasar el toro a un milímetro de la faja                                             

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Y otro lance igualmente perfecto, y en el que el torero aparece con la majestad de             un artista hecho y consumado

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El pase natural de Gitanillo de Triana, que rubricaría sin duda Juan Belmonte, el supremo artífice de la escuela rondeña.

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Y este otro pase de pecho, en el que el toro pasa entero bajo los pliegues  de  la  roja muleta, mientras  los pies del torero están sentados, inmóviles en la arena                                                      

 LA ALTERNATIVA

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Rafael  “Gallo”  dando  la  alternativa  á  “Gitanillo de Triana”  en  la  plaza  del  Puerto  de  Santa  Maria        

llegó el día esperado por toda la afición, este no fue otro que el 28 de Agosto de 1927, en  la  Plaza  de  Toros  del Puerto  de Santa Maria, con toros de la ganadería  de Concha y Sierra. Padrino: Rafael  Gómez  El Gallo, testigo: Juan Belmonte.

 La  corrida  fue  extraordinaria, a su toro  de  la alternativa, llamado de nombre Vigilante, berrendo en negro y brindado  al  ganadero  don  Antonio Flores le  cortó  las  dos orejas. Juan Belmonte estuvo colosal  cortando cuatro orejas y dos rabos. El Gallo cortó las dos orejas y el rabo del cuarto.

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                               Plaza de Toros del Puerto de Santa María

 

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                             Crónica de la corrida de la alternativa 7 Septiembre de 1917                              

Gitanillo de Triana es  el  torero  de la sinceridad. Nadie como él llegó a ostentar la  borla  de  doctor en tauromaquia más pausadamente, más a conciencia. Diríamos que  por  propia  legitimidad. En estos tiempos de oportunismo, de  exaltación  taurina al uso, el caso de Gitanillo es un caso de honradez profesional. Así  lo  delata  su  historial  taurino. Sin  ventaja, sin fácil escala, sin ayuda  fervorosa  é  incondicional, sin la colaboración de una leyenda de fácil arraigo  en  lo  que  hemos  dado  en  llamarle “afición”, el torero sevillano ha ido  consolidando  su  prestigio  cara al toro, y teniendo sólido por baluarte su arte sólido, su arte sobrio, su arte taurinamente trascendente.

 En  su  memorable  corrida del Puerto de Santa Maria, donde Curro Puya se vio  investido  de  matador  de  toros  por Rafael el Gallo, presentó sus credenciales, sus  cartas  reales, ante  Juan Belmonte. Fue  el momento, feliz e inolvidable  para  el  bravo  lidiador, un  verdadero  balance  de sus prestigios artísticos. Y  ante  miles  y  miles  de  espectadores  meridionales  que tan propicios son  á  dejarse  dominar  por  su  cálida  fantasía – fue donde el capote del torero  sevillano, el  mago  capote  de  Gitanillo  de Triana, heredero universal del coloso, consiguió  el  pasmo, la  maravilla  de  emocionar, de caldear, de hacer realidad  lo  que  durante  mucho  tiempo  no  fue  más  que el guía y la ilusión del  torero. Torear, mandando  y  templando, como  manda  y templa Juan Belmonte.

 Muletero  artístico  y  eficaz, estoqueador  de  rancio  abolengo –véase  su estadística  torera- Gitanillo  de  Triana, sinceramente, ha  cuidado  de  depurar su  estilo  maravilloso  con  el  capote, dando  a  éste  su  expresión de lo bello, la  tradición  más  literal, la  que  llega  a  todos los corazones y reúne todas las opiniones, confundiéndolas   en   un   monumental   plácet,  en  un  gigantesco  aplauso, que  es  la  base  y  es  la  fama, enamorada  de  los  bravos  lidiadores. 

Por  su  valor  sereno, por  su  maestría, por su dominio en todos los aspectos técnicos  del  toreo, por  su  estilización  en  ese  su famoso toreo de capa, Gitanillo de Triana  ha  llegado  á  la  línea  avanzada de las primeras figuras del toreo. Vulgar  es  la  frase  que  corre  entre  sus  partidarios: <Gitanillo  todo  cuanto  por  ella se pida. >> Andaluzada  taurina  á  un  lado, demos  plaza  a  éste  nuevo  matador de toros, que como  decimos  al  iniciar  estos  renglones, á  sus  múltiples  méritos, une el mayor de todos, el más legítimo, el más perdurable. Que es el torero de la sinceridad.

              Image Hosted by ImageShack.us                                               Comienzo de la faena al  toro de su alternativa

                       

Image Hosted by ImageShack.us Una verónica de “Gitanillo de Triana” en que se pone de manifiesto su valor y su arte                               

Image Hosted by ImageShack.usUn pase por alto, ayudado, de “Gitanillo de Triana” en el toro de su alternativa (Fotos. Serrano y Baldomero)

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 Arte, majestad, temple y mando imprime a  su  toreo  excelso  el   gran  lidiador  de Triana   que   en   sus  grandes  tardes  de Triunfo  se  remonta  como  ave fénix por las  cumbres  de  arte sólo asequible a los genios  de la tauromaquia.

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La famosa y suave verónica de Curro Puya, con la que engrandeció su toreo  

En el libro " Los toros de barro " editado en 1985 por Preysón, de V.Mª Sánchez Miranda aparece un capitulo titulado “Los tres duendes” que por su importancia y cita de Francisco Vega de los Reyes transcribimos:

 LOS TRES DUENDES

Al hablar de toros siempre hay un sitio para Rafael. Si no se habla de pintura, Rafael es el Gallo, que no obstante ser el hermano mayor de José es el hermano que da los disgustos, aunque lo corriente sea lo contrario.

El público, que no sabe muchas cosas, nunca supo que sus iras y denuestos dirigidos a Rafael los recibía José que era a quien le afectaban. A Rafael Gómez, el divino calvo, no le afectan esas nimiedades. Él está por encima de triunfos y fracasos y casi estoy por decir que del bien y del mal, pues al estar siempre por las nubes las cosas de aquí abajo no le afectan.

Rafael Gómez, Gallito primero, El Gallo después, fue el primer duende torero; no es que poseyera duende, es que él era duende, después aparecería el segundo duende, o sea, Joaquín Rodríguez (Cagancho), que sólo podría haber sido torero; ni bailaor siquiera y finalmente Francisco Vega de los Reyes, Curro Puya, el tercer duende que con la mirada triste y el ánimo apagado toreaba la verónica y paraba los relojes, exigiendo su arte un minuto de silencio.

Aunque murió el 14 de agosto de 1931, Madrid perdió a Curro Puya el 31 de mayo. Dos años más tarde, el 22 de junio de 1933, Rafael, su hermano, nos tría, nos asombraba con aquel toreo de raza y rango. Pero Rafael ¡Ay!, no se prodigaba. Rafael anda distraído. ¿ La causa? Quizás el cante y el baile flamenco. Tal vez el miedo a la cornada, al sufrimiento de las curas en el quirófano. Sería acertado suponer que cuando Rafael va hacia el toro se acuerda de Curro, no se le olvidan los 75 días de lucha con la muerte, de dialogar con ella para convencerla de que 28 años son pocos para un hombre aunque el hombre sea torero,

Además..., aunque los gitanillos tienen como denominador común el arte puro, creo que a Rafael le faltó un poquito de sentimiento, su miajilla de brisa poética, recordar ante el toro lo que en sueños entendiera por lo más sublime de su arte. El saberse no ser un predestinado.

Daniel Tapia, historiador taurino español y afincado en México lo juzgó así:

“Gitanillo de Triana, o Curro Puya, como también se le llamó, fue un torero más estilista que dominador. Su arte fue de tal calidad, especialmente con el    capote, que ello sólo le coloca en un puesto excepcional en la historia del toreo. Su verónica, calificada acertadamente de un minuto de silencio, era suave, templadísima  y  ejecutada con el cuerpo erguido, con la mayor naturalidad, ni muy abiertos ni muy juntos los pies, y las manos bajas. Su genialidad con la capa hace que su nombre deba tenerse como expresión de la ejecución nunca superada de una suerte básica de la lidia: la verónica.”                                                                                                                         Image Hosted by ImageShack.us

  Personalidad y  hondura  “Un minuto de silencio”

ANÉCDOTAS

Se comentó que llegado el momento de la ceremonia, establecieron un largo dialogo  entre  padrino  y  ahijado; los cronistas de la época afirmaron que al menos duró de 7 a 8 minutos. Extrañados  todos, tanto  público  como periodistas  de  la alocución de Rafael, y una vez terminada la entrega de los trastos, todo  el mundo con curiosidad fueron a preguntarle al Gallo, el “Divino Calvo”, de lo que le había comentado al neófito, para asombro de todos, Rafael  y  Francisco  discutían  por  el  precio de unos gallos de pelea que el primero quería adquirir al toricantano y nuevo matador de toros.

Esta  fue  una  de  las  tantas  genialidades  de  Rafael  Gómez “El Gallo”. la afición  a  los  gallos  de  pelea en esta época estaba muy generalizada en mundo del toro.

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Circo Gallístico en la calle del Moro de Sevilla que regentaba la Tía Lola

OTRA ANÉCDOTA

Los Puyas de Triana, herreros del barrio, eran hermanos de la Hermandad de los Gitanos, fundada en Triana en 1753, siendo hermanos la mayoría de los gitanos trianeros. Se esperaba con impaciencia la llegada del Viernes Santo(Madrugada) hasta tal punto que desde muy temprano del Jueves Santo los Puyas con solemne ritual vestíanse de penitentes a falta de antifaz que sustituían por la mascota al uso de la época paseando por Triana con gran regocijo, chanzas y bromas incluyendo  copas y partida de dominó. Una vez llegada la salida todo era seriedad y devoción al Cristo de la Salud por el cual sentían ferviente devoción. Gracia y salero de los gitanos de Triana. Actos como estos lo singularizaban.

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     Cartel de Semana Santa y Feria 1928

CONFIRMACIÓN DE LA ALTERNATIVA

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Antigua Plaza de Toros de Madrid en el Camino de Aragón

Curro Puya confirma su alternativa el día 6 de Octubre de 1927, en la antigua Plaza de Toros de Madrid en el Camino de Aragón, aún no estaba inaugurada la Plaza de las Ventas, siendo el mismo cartel del Puerto de Santa María: Rafael Gómez “El Gallo” como padrino y Juan Belmonte de testigo, con toros de Julián Fernández (Antes Vicente Martínez.

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                 Conjunto fotográfico de las actuaciones en las temporadas de 1928 y 1929

EL FATAL DESENLACE

DETALLE DE LA CORRIDA

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Con Fandanguero en la faena de capa, antes de la cogida

Aquel día de 31 de Mayo de 1.931, Madrid era un hervidero, faltaban diecisiete días  para  la  inauguración oficial de la nueva plaza de toros de las Ventas, era la   última  corrida de abono con un  cartel de leyenda: Chicuelo (que sustituía a Antonio Márquez) Marcial Lalanda y Gitanillo de Triana, seis toros de la ganadería de Graciliano Pérez Tabernero, que estuvo muy bien presentada y dio bastante juego.    

Tarde con un sol hermoso y un cielo limpio de nubes. Fue el primer toro de su lote, llamado Fandanguero, al que le hizo una faena de capa apoteósica, el público enfervorizado aplaudía  con  entusiasmo, aquel  toro  iba  a acabar con la vida del genial torero trianero

LA COGIDA

Chicuelo había quedado regular en su primero, que se vencía por el lado izquierdo, trasteándolo con pases en redondo y de pitón a pitón, matando a la res de estocada caída.

Marcial Lalanda estuvo muy valiente, y había en el segundo escuchado una ovación. El público pidió que se le concediera la oreja.

Así iba la corrida cuando salió a la plaza el tercero de la tarde, primero de Curro Puya. Francisco Vega de los Reyes, que había alternado en los quites con lucimiento  durante  los  dos  primero  toros, lo  lanceó con su peculiar estilo de gran torero.

Llegó la hora de matar, y después de brindar a la Presidencia, retrocedió algunos pasos  al escuchar una voz que desde el público que le decía algo que no pudo entender, y que le aclaró el banderillero Sargento, diciéndole:

-¡ Que tengas cuidado, que el toro aprieta mucho para dentro! –

Gitanillo se quedó mirándole y le contestó

¡¡ Apriete para donde apriete, ahora verá!!

 Se fue  hacia  el toro  con arrojo y decisión. Sin duda el animal tenia algo en la vista, porque perdía el bulto con facilidad, Gitanillo ordenó que se lo cerrasen en tablas, recibiéndolo con un superior pase por alto, al iniciar el segundo muletazo adelantó  la  pierna  y  el toro que achuchaba  mucho para los terrenos de dentro, lo enganchó por el muslo arrojándolo violentamente contra las tablas.

Fue  un  momento  de enorme emoción. El público, en  su  mayoría, recordó la muerte  de  Granero, y  la  figura  de  Marcial  Lalanda  en la plaza aumentaba la igualdad del cuadro. La exclamación de horror fue unánime en toda la plaza.

En tanto, el  toro  hacía  por  el  torero, y por dos veces corneó furiosamente al desgraciado diestro, que fue golpeado contra el estribo y los tableros.

Marcial Lalanda, valiente y decidido, se pudo llevar al toro cuando aún  iba a hacer por el ya herido, y entonces se acercaron a éste los monosabios y dependencias y pudieron trasladarlo a la enfermería, ante la impresión del público, pues gran parte de este se había dado cuenta de que la cogida era de mucha gravedad; mientras, Chicuelo concluía con el toro, al que muleteó decidido, pero mató mal.

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Curro Puya es recogido por las asistencias

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EL TORO FANDANGUERO

El toro llamado Fandanguero que cogió a Curro Puya, era negro de pelo y estaba marcado con el número 28. Llegó a la muerte muy entero, porque sólo había recibido dos puyazos en toda regla, y además se vencía mucho y empujaba hacia las tablas. Pesó en bruto 474 kilos.

EN LA ENFERMERIA

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             Traslado a la enfermería

Trasladado a la enfermería por las asistencias y Antoñito, su mozo de estoques, Curro Puya se volvió hacia él, y con voz muy apagada le dijo:

-¡ Este toro me ha desbaratao, Antonio ¡ -

 Durante el trayecto desde el ruedo a la enfermería, el público pudo apreciar en gran parte que Gitanillo iba en un estado verdaderamente lastimoso.

 El traje aparecía destrozado, y el diestro llevaba la cara tinta en sangre. Por la taleguilla, hecha jirones, salía la sangre en gran abundancia.

 Llegó Curro Puya a la enfermería en el preciso momento en que acababan los médicos de curar al banderillero Prieto, que había sufrido una cornada en la cara interna del muslo derecho, tercio medio, con rotura de los músculos cuadriceps y abductores y sección y arrancamiento de la vena femoral, de pronostico muy grave.

El banderillero Prieto era primo del desgraciado Valerito.   

 Colocado en la mesa de operaciones y después de cloroformizado, el doctor Segovia comenzó a curar las heridas de los muslos para evitar la hemorragia. Ambas lesiones eran grandes y estaban colocadas una enfrente de la otra. Curro Puya aparecía que estaba casi sin pulso y su respiración era fatigosa, estentórea.

Una vez curada las lesiones, el doctor Segovia procedió a sondar la herida de la cadera; pero era tal el estado del torero y tan profunda la herida. que el médico se creyó obligado a demorar la cura ante el peligro de que Curro Puya se quedara en ella. Tal era la gravedad del torero.

Del sondeo de esta herida nada se ha vuelto a decir en concreto. El doctor Segovia se limitó a taponarle la herida de la cadera y se le aplicaron inyecciones de aceite alcanforado y sueros para intentar de reanimar al torero.

 Terminada la corrida – en la que Chicuelo había quedado regular y Marcial obtenido uno de los resonantes éxitos de vida taurina, cortando orejas y rabos y saliendo a hombros de los capitalistas -, el doctor Segovia ordenó que Curro Puya quedase instalado en la enfermería, pues el traslado a un sanatorio en aquellas condiciones era de un gran peligro.

A las nueve y siete minutos de la noche reaccionó el herido y abriendo los ojos reconoció a cuantos le rodeaban.

Casi sin poder hablar y a los que tenía más cerca, les dijo en voz muy baja:

¡Dadme agua!

Y como notase que tardaban en  obedecerle, añadió:

- Ya sé que no puedo beber, pero refrescarme los labios.

Cuando llegó el doctor Segovia ordenó que Curro Puya fuese trasladado a un sanatorio, y entonces se le condujo al de los doctores Crespo, en donde quedo instalado la misma noche del domingo.

Los médicos facilitaron el siguiente  parte  facultativo:

 Durante  la  lidia del tercer toro ha ingresado en la  enfermería el diestro Francisco Vega de  los  Reyes, Gitanillo de Triana, con una herida  de  asta de toro  en  el  tercio medio  del muslo derecho, con rotura de los  músculos  cuadriceps   y   abductores, y   otra   en  la  región  sacro-coxígea, penetrante en la cavidad pelviana, con rotura del sacro y sección y  arrancamiento del  nervio ciático mayor. Pronóstico muy grave.” Doctor Segovia.

EN EL SANATORIO DEL DOCTOR CRESPO

Trasladado al sanatorio del Dr. Crespo, después de una consulta entre los doctores  Segovia y Sánchez Danús y ante la situación critica en la cual se encontraba se emitió otro parte facultativo:

“Como consecuencia del arrancamiento de las raíces del nervio ciático mayor (prexo sacro), ha quedado desgarrado el fondo del saco dural, presentándose  una  abundante  eliminación  del liquido cefalorraquídeo, con  peligro  de presentación de una meningoencefalitis, que ensombrecería totalmente en pronóstico”

La primera noche la pasó Curro Puya algo tranquilo, pero era debido a las inyecciones que le habían puesto.

Los médicos se mostraban bastante pesimistas, y aún hubo alguno que afirmó que, caso de curar, lo que le parecía difícil, quedaría inútil para torear, pues los destrozos causados por los pitones de Fandanguero en los músculos de las piernas y en la cadera eran atroces.

Inmediatamente fueron avisados el padre y los cuatro hermanos varones de Curro Puya, que al día siguiente llegaron en automóvil procedentes de Sevilla.

Don Francisco Arranz, su apoderado, hablando aquella misma noche con los periodistas, se lamentaba de la mala suerte que había tenido Curro Puya en sus cogidas y hasta en los accidentes de automóvil.

Con lagrimas en los ojos, añadía que era aquél un torero de verdadera desgracia y comentaba:

-Cada vez que un toro le ha echado mano ha sido para calarle y muy fuerte.

Y sin dejar de llorar afirmaba:

-Viendo esto no me explico como nos gustan los toros.

A las dos de aquella madrugada circularon por el centro de Madrid noticias afirmando que Gitanillo había muerto, noticia que circuló rápidamente por los cafés céntricos, causando la natural emoción.

Algunos periodistas acudieron al Sanatorio del doctor Crespo, donde hablaron con el mozo de estoques, que dijo:

Sigue muy mal, muy mal. El ayudante del doctor Segovia le pone constantemente inyecciones de suero. Dice que tendrá que resistir setenta y dos horas, plazo peligroso, pues puede sobrevenir la peritonitis. Él está más calmado, pero ello es fruto únicamente del enorme decaimiento en que se encuentra.

 Aquella misma noche, en un café céntrico, había una animada reunión, en la que figuraba un médico. Se hablaba, como es natural, del asunto del día, que era la gravedad de Gitanillo, y como alguno recordase lo parecido del gravísimo percance con él que había tenido en la plaza, y casi en el mismo sitio, el infeliz Granero, uno de los concurrentes, precisamente el médico, dijo:

 - Granero tuvo más suerte.

-  ¿Más suerte? – le preguntaron algunos admirados

-  Sí; más suerte, porque quedó muerto en la plaza, y este morirá después de haber sufrido mucho.

Al día siguiente, por la mañana, el doctor Segovia levantó el apósito a Gitanillo, encontrando una de las heridas con buen aspecto, lo que alegró al citado doctor, que dijo al salir del quirófano:

Esto ya me va gustando más.

Después añadió que quería celebrar una consulta con el doctor Sánchez Danús, especialista del sistema nervioso, acerca de la herida de la cadera, pues según el citado doctor Segovia, creía que el cuerno del toro había arrancado el nervio ciático de cuajo como el que arranca una raíz.

Durante el día el diestro reaccionó bastante, hasta tal punto de que el pulso empezó a adquirir poco a poco mayor fuerza.

El diestro, con gran entereza, hablaba con cuantos a él se acercaban.

Cuando vio entrar a su padre, elevando mucho la voz para que éste le oyera, pues era sordo, muy sordo, le dijo:

- No te apures, que esto no es na.

    Y luego añadió:

- Di a mamá que venga, que esto no tiene importancia.

Tanto chilló Gitanillo, que la enfermera se vio obligada a llamarle la atención.

El teléfono del Sanatorio del doctor Crespo no cesó de sonar durante todo el día. Todo el mundo llamaba desde cafés, círculos y casas particulares interesándose por el estado del herido.

El apoderado del diestro, don Francisco Arranz, atendía con solicitud a todos los que le llamaban.   

 En un articulo de Leandro Blanco aparecido en el diario ABC daba más detalle de su situación de gravedad “Yace  en  un  lecho  de la habitación núm. 21, situada  en  el primer piso, y en completo aislamiento. No adopta en el lecho la posición normal, con el fin de evitar la perdida del liquido cefalorraquídeo, está colocado en posición inclinado, con la cabeza a nivel inferior de los pies. Estos  se hallan a más de un metro de altura. En esta posición permanece el diestro sin ser visitado por persona alguna. Únicamente está a su lado su fiel mozo de estoques, el popular Antoñito Conde”

Unos días nacían las esperanzas, para morir al día siguiente. Otras veces, las agravaciones parecían tan inminentes, que ya se daba por fallecido el torero.

El día 3 de Junio el citado doctor Segovia firmó el siguiente parte, que causó gran impresión al ser conocido:

 “Como consecuencia del arrancamiento de las raíces de nervio ciático (plexo mayor), ha quedado desgarrado el fondo del saco dural, presentándose una abundante eliminación del liquido céfalorraquideo por herida operatoria, existiendo el peligro de presentación de una meningoencefalitis que ensombrecería totalmente el pronóstico.-Doctor Segovia.”

Efectivamente, el peligro anunciado se presentó, y dos días después se le declaró la meningitis, que afortunadamente pudo ser atajada.

Otra vez se le creía salvado; pero a los cuatro días, o sea el 9 de Junio, se le apreció una nueva complicación:

“El diestro Gitanillo de Triana se encuentra mejorado de la infección meníngea. Según el reconocimiento practicado el referido diestro por el doctor López Duran, se le ha encontrado un foco bronconeumónico en la base del pulmón derecho.-Doctor Segovia”

El día 16 de Junio, de madrugada al intentar Antoñito Conde, su mozo de espadas cambiarle de postura, se dio cuenta  que estaba empapado en sangre. Con la goma  de  un irrigador le practicó un torniquete en la pierna sangrante, avisando al médico  de  guardia  urgentemente  que taponó la herida. Fue requerido de urgencia  el doctor Segovia, comprobando que tenia rota la arteria  femoral, ligándola  y disponiendo de inmediato una transfusión de sangre. Se ofrecieron en el acto  don  Carlos  Morla, consejero de la Embajada de Chile, que se encontraba en  el  sanatorio, así  como  don  Francisco  Arranz, su representante en Madrid, el  picador  Barrera  y el taxista Eleuterio Remondo que es el que diestro utilizaba siempre. Se  procedió  al análisis  de  la  sangre  de  estos y se optó por la de Eleuterio, practicándole la transfusión en la noche del día 18.

En la ligadura de la femoral se le formó a Gitanillo un trombo, que el día 27 de Junio se partió originando una nueva y horrorosa hemorragia.

El doctor Segovia, al practicarle la oportuna intervención quirúrgica, encontró la arteria tan blanda, tan poco consistente que se vio obligado a cortarla y ligarla a la vena.

Desde ese momento el riego sanguíneo de la pierna se hizo insuficiente, y este miembro quedó paralizado y con poca sensibilidad. Gitanillo sufrió además una fuerte infección en la vejiga, una fístula uretral y dos dolorosas ulceras, una en la espalda y otra en la terminación de la columna vertebral, lo que le obligaba a estar en la cama boca abajo.

Sufrió también dos hemorragias, con tres días de intervalo, en la herida de la cadera, que postraron al torero en un estado de verdadera gravedad. De la cita herida le fueron extraídas tres esquirlas, lo que hizo suponer que tenia algún hueso interesado.

Todo el mundo seguía con gran interés el estado del torero.

 A hora bastante avanzada de la víspera de su muerte, Gitanillo llamó a su fiel mozo de estoques, que ni un momento se había separado de su lado, Antonio Conde – que por cierto, también había sido mozo de estoques de Juan Belmonte -, y le dijo con voz muy débil:

 - Antoñito, yo me voy. Que tenga mucha suerte, porque es usted muy bueno.

 Durante todo el día se mostró tranquilo y animoso, a pesar de que se adivinaba que su fin estaba próximo y de sentirse morir.

Pidió agua a una enfermera, y al ver que ésta preparaba un vaso para llevársela, le dijo:

- No, ahí no, en el botijo.

Y cogiendo uno pequeño que le acercó la enfermera, bebió en él, saboreando el agua que bebía.

Después de varias mejorías y recaídas, que algunas veces consiguieron  concebir esperanzas, llego el día 13 de Agosto, entrando en un estado de nerviosismo, teniéndole que aplicar calmantes constantemente, llegada las tres de la madrugada perdió el conocimiento, entrando  en  periodo agónico y las cinco y media el  habla y la vista, todo fue inútil, a pesar de que se le aplicaron varias inyecciones para reanimarlo.

Sus últimas  palabras  fueron: “Ya  no  veo”. A  las  siete y media de la mañana, ya del día 14, expiraba Gitanillo de Triana, después de setenta y cinco días de largos sufrimientos. Aquel gitanito que  un  día  en su barrio, toreó un toro desmandado de la Dehesa de “Los Gordales”, no tenia aún cumplidos los veintiocho años.

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Familiares y amigos una vez enterados de la muerte de Curro Puya se trasladaron al Sanatorio del Doctor Crespo

En el momento del óbito, se encontraban presentes en el Sanatorio del Doctor Crespo, sus padres, hermanos, mozo de estoque Antoñito Conde, su apoderado don Domingo Ruiz; su representante don Francisco Fernández Arranz y el señor Mesonero amigo intimo del torero.

A las primeras horas de la mañana del día 15 se le practicó la autopsia al cadáver de  Curro Puya, confirmándose que la herida de la cadera llegó al peritoneo.

Tan pronto como falleció el diestro, su cadáver fue trasladado a la parte baja del sanatorio, donde fue depositado en una caja, envuelto en una sábana y rodeado de hielo, para evitar en lo posible la descomposición rápida del cadáver.

El rostro del finado estaba medio cubierto por un pañuelo blanco, por los pliegues de éste se veía la barba a medio crecer.

El infeliz torero había quedado agotado, extenuado. Su cuerpo estaba convertido en un verdadero esqueleto, pues sólo se apreciaban los huesos y la piel.

Al cadáver de Curro Puya se le practicó la autopsia en el mismo sanatorio y fue embalsamado para su traslado a Sevilla.

En una habitación contigua a la que se había instalado la capilla ardiente, quedaron velando el cadáver su familia y algunos de sus más íntimos amigos.

Tan pronto como la noticia circuló por Madrid, se telegrafió a provincias y poco después comenzaron a llegar a centenares los telegramas y telefonemas de pésame. Grandísimo fue el número de coronas que ocuparon casi toda la capilla ardiente, y millares de firmas llenaban rápidamente los pliegos colocados en el sanatorio, demostrando el enorme sentimiento que la muerte del elegante y  fino  torero trianero había causado en toda la afición.

En el diario “La Lidia” a los días siguientes a su muerte apareció este articulo que transcribimos:

                    ¡POBRE  GITANILLO!

 Esta fue la expresión de todos, aun en los más alejados de la fiesta.

 ¡Pobre Gitanillo!

Vivió como un héroe, para morir como un mártir.

Su arte quedará por mucho tiempo grabado en el recuerdo de la afición; sus verónicas de un minuto de silencio le acompañarán a la tumba y seguirán calladas eternamente.  ¡Nadie las mueva!

¡Pobre Gitanillo!

El bronce clásico de su escultural figura desapareció de los ruedos; la indolente elegancia de sus lances, quedará como término de comparación entre los que torean bien a la verónica.

El capotillo de seda con el que ejecutaba aquellos prodigiosos del “minuto de silencio” acompaña y envuelve el cuerpo del famoso artista, que con llave de oro los cerró en su tumba.

¡Pobre Gitanillo”

Por su alma, por su eterno descanso,

                     ¡UN MINUTO DE SILENCIO!                  

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A LA MUERTE DE GITANILLO DE TRIANA

Curro Puya, el mocito trianero de rostro cetrino, de cuerpo mimbreño, yace bajo rojiza tierra del camposanto sevillano. El torero gitano que paseó por los ruedos la indolencia, la majestuosa indolencia de su raza, ha muerto.

Con el torero ha sido enterrado su magnifico capotillo, aquel capotillo de vivos colores que tantas veces supo engañar a las reses, que embebidas en sus vuelos, pasaban rozando los alamares del vistoso traje trianero que hoy duerme bajo la rojiza tierra del camposanto de Sevilla.

Los “calés”, los hermanos de raza de Gitanillo de Triana, lloran la muerte de Curro y entonan plegarias que suben al cielo con ecos de salvaje y desgarrada saeta, de las saetas que en Semana Santa rasgan el perfumado ambiente de Sevilla.

Los gitanos lloran a los sones de sus quejumbrosas guitarras, y hasta la tumba de Gitanillo llegan cadencias de una copla:

                                “Los gitanos...

                    No hablar mal de los gitanos,

                   que tienen sangre de reyes

                   en las palmas de las manos.”

 Descanse en paz el malogrado Francisco Vega de los Reyes.

(De Libreto anónimo publicado cuando su muerte)

EL TESTAMENTO

Gitanillo había mostrado en varias ocasiones deseos de hacer testamento.

En efecto, demostrando gran lucidez, había dicho a su apoderado:

- Domingo, tráigame un notario, que quiero hacer testamento.

Personado éste en el sanatorio, el herido dictó su última voluntad con voz serena y tranquila. Terminado el testamento, y como el notario pretendiese leerlo, le atajó Gitanillo, diciéndole:

- No hay que quitar ni poner una coma, tráigalo para firmar.

- No hay que quitar ni poner una coma, tráigalo para firmar.

- Y lo hizo con pulso firme.

En este testamento, Gitanillo ha dejado todo lo que posee, que no es ninguna gran cosa, sobre todo en comparación con lo que ha ganado – se dice que no llega a cincuenta mil duros-, a sus padres, y que ha destinado una cantidad, no grande, para costear una carrera a un sobrinito, al que profesaba gran cariño.

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Francisco  Vega  Serrano,  sobrino de Curro  Puya, al  que  hace  mención   en el testamento. Fue novillero no llegando a tomar la alternativa                                      

EL FUNERAL

A media mañana se instaló la capilla ardiente, en los bajos del sanatorio del doctor Crespo, sobre  un  gran  paño  se  colocó el féretro, Curro Puya estaba envuelto en un  sudario, en  la  cabecera  un estandarte y una cruz y la caja mortuoria custodiada  por  doce hachones encendidos. Ante la capilla ardiente desfiló ingente cantidad de  personas, la  noticia  de  la muerte de Curro Puya, conmovió a toda la afición  llegando  testimonios  de  pésame de toda España. Empezaron a llegar infinidad de  coronas, de  todos  los  compañeros, ganaderos  y  de toda la afición, entre ellas  la  de  Chicuelo, Cagancho, Ortega,  Nacional, del  Montepío de Toreros, de los  banderilleros  de  su  cuadrilla, de particulares  como  fueron la de los señores Montalban, Heredia  y  Lozano  y  don  Carlos Morla que envión una gran cruz de flores naturales.

Poco antes de la hora señalada para el entierro, parte de la familia del diestro salió para Sevilla en automóvil con el objeto de poder estar allí para recibir el cadáver.

Dándose el caso de que el padre del diestro, que era completamente sordo, hasta el extremo de no poder oír una palabra, no sabía aún realmente de lo que ha muerto su hijo, ya que al no saber leer, tampoco se lo pueden decir por escrito: sólo sabe lo que por señas había podido comprender.

A las cinco de la tarde partió la comitiva para la estación de Mediodía deteniéndose por unos momentos ante la plaza de toros, ondeando la bandera a media asta.

La conducción del cadáver de Gitanillo desde el sanatorio hasta la estación de Mediodía fue un verdadero homenaje popular, en el que sólo dejaron de tomar parte los que más obligados estaban a ello; los que seguramente más le halagaron en la vida. Fue una manifestación popular, aunque no tanto como se merecía, porque hay que recordar que Gitanillo, cuando el pueblo de Madrid lo necesitó por conducto de su Ayuntamiento para tomar parte en la corrida a beneficio de los obreros parados, costeó el viaje a Madrid de toda su cuadrilla, pagó los gastos de su bolsillo y toreó completamente gratis, para engrosar los ingresos.  

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La Plaza de Toros de las Ventas en la finalización de las obras en 1929

Aparecía en un almanaque de Blanco y Negro para 1929, el siguiente pie de foto “VISTA EXTERIOR DE LA NUEVA PLAZA DE TOROS, QUE, SEGURAMENTE, SE INAUGURARA EN LA PROXIMA TEMPORADA (FOTO PORTELA)”

Como se podrá comprobar por el cartel de la inauguración fue inaugurada el 17 de Junio de 1931, dos años más tarde estando cogido Curro Puya he ingresado en el Sanatorio del doctor Crespo.

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Cartel para la corrida inaugural de la plaza de las Ventas <>, en plena República Española ( 17 de Junio de 1931)

El cadáver, encerrado en un féretro, que costó cinco mil pesetas, fue trasladado a la estación en donde un furgón convertido en capilla ardiente fue unido a la cola del tren expreso de Andalucía.

En el interior del coche fúnebre estaba tapizado de paños negros, y en el centro se alzaba un severo túmulo sobre el que descansaba el féretro, rodeando el mismo cirios en blandones.

A dicho furgón se subieron, para acompañar al cadáver durante el trayecto para con él llegar a Sevilla, su apoderado y los miembros de su cuadrilla.

Desde una hora antes de la anunciada para la llegada del expreso de Andalucía estaba la estación de la Plaza de Armas completamente llena, toda Sevilla acudió a recibirlo, lo mismo que los alrededores en donde el gentío se había aglomerado para presenciar el arranque de la fúnebre comitiva.

Cuando entró en gujas el tren, tanto las calles adyacentes a la Estación de Córdoba estaban convertidas en un hormiguero.

Esperaban la llegada del cadáver, en nombre de la familia su hermano Rafael, el diestro Juan Belmonte y el ganadero don Antonio Flores. También estaban el representante de la empresa de la Plaza de Toros de la Real Maestranza y todos los críticos de la prensa y revisteros taurinos de Sevilla.

A las nueve y veinticinco minutos en punto entró el tren en la estación. Los momentos que siguieron al descenso del féretro del furgón fueron de una emoción indescriptible.

A pesar de los esfuerzos que realizaron los componentes de su cuadrilla y familiares del fallecido torero para abrirse paso entre el gentío, costó un gran trabajo organizar la comitiva. A medida que iba desfilando por las calles se le iban sumando gentes. Alrededor del féretro infinidad de hombros se disputaban el llevarlo durante algunos minutos.

Del furgón fueron sacadas cuarenta y cuatro coronas de flores que llegaron de Madrid, a las que le unieron las que le habían enviado muchos sevillanos. Las que no cupieron en las carrozas fueron llevadas por sus amigos más íntimos.

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                   El féretro a su llegada a la Plaza de Armas

Pasados los primeros momentos de confusión, debido al gentío, fue puesta en marcha la comitiva encabezándola el clero parroquial de Santa Ana. El cortejo tomó la calle San Pablo, Rioja, La Campana, Amor de Dios, Alameda de Hércules, tomando el centro del paseo, Antonio Susillo, Feria, Macarena, y Doctor Fedriani camino del Cementerio.

Presidieron el duelo sus hermanos y familiares, Juan Belmonte, el ganadero Antonio Flores y el crítico taurino don Antonio Reyes.

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                El féretro camino del Cementerio de San Fernando

Cuando la comitiva llegó a la Macarena sus proporciones eran verdaderamente extraordinarias, el camino del Cementerio era una masa compacta, interminable, llegando desde la Macarena hasta el Camposanto. La emoción fue conmovedora.

El féretro fue expuesto en La plaza del Cementerio de San Fernando desfilando tal cantidad de personas que parecía que no iba a terminar nunca, durando más de dos horas.

A la una de la tarde fue inhumado el cadáver, ocupando provisionalmente una sepultura de primera clase, hasta tanto se edificara el panteón, donde en la actualidad descansan sus restos.

El regreso de los asistentes duró varias horas, utilizándose toda clase de vehículos, muchos de ellos a pie. El duelo constituyó en Sevilla una manifestación tan sentida, tan desbordadora, tan sincera de pésame, como no se recordó otra igual desde el entierro del infortunado Joselito el Gallo, muerto también por un toro.

La familia del infortunado diestro expresó su agradecimiento a las muestras de cariño que habían recibido del pueblo madrileño y sevillano con el triste motivo de su muerte, siendo muchas las personas que demostraron la amistad que le profesaban y el pueblo ha puesto de manifiesto el entusiasmo que sentía por el torero.

HABLANDO CON HEREDIA EL AYUDANTE

En el libreto editado tras su muerte transcribimos literalmente una entrevista realizada a Heredia auxiliar de su mozo de espadas Antoñito Conde. 

Nadie conoce a los grandes hombres como su ayuda de cámara.

Nadie puede saber tanto del desgraciado lidiador trianero como su modesto y fiel auxiliar el ayudante de mozo de estoques Gabriel Heredia.

Con él hablamos, y el simpático Heredia, con su charla pintoresca, un poco matizada por la emoción, nos cuenta cosas intimas

-¿ Porque le decían Curro Puya?

-Que ¿porqué? Porque le venia por la sangre. Era nieto del cantaó “Curro Puya”, que cantaba las soleares que hacían yorá. Er sacó aqueya:

                               “Yo me llamo Curro Puya

                              por la tierra y por la ma.”

-¿Y como era Gitanillo?

-El hombre más bueno que ha pario madre. Er sólo, con su trabajo y con su peligro, mantenía a toa la familia: padres, hermanos, sobrinos... La última casa que compró se la dio pa vivirla a sus tres hermanos casaos: Pacorro, Pastora y Antonio. Y a sus padres le dejó toa la herencia meno una manda de tres mir duro a su sobrino Curro, pa que estudie una carrera.

-¿Cómo fue la cogida?

-Veníamos de Cacere, donde había toreao er día ante, y como no había tenio suerte en las urtimas corrida, quería sacarse la espina en Madri. Tomó la muleta a “Fandanguero” y ar salí del primer pase mandó retirá la gente y, ya solo, inició er segundo pase, y en er quedó prendio.

“Yo fui er primero en llegá, y al acercarme me dijo: “Heredia, levántame”.

“Lo llevamos a la enfermería, y durante er camino sólo se quejaba de las pierna.

“Ar llegá a la cama de operaciones, yo le corté los machos de la taleguilla, que se los tengo pedio a su padre pa que me sirvan de recuerdo.

“Depués, la pasión y muerte. Setenta y sinco días de doló, y ar lao de su cama su hermano Antonio, don Francisco Arranz, er novillero Antonio Vargas, su banderillero Nacional y yo. Y, sobre to, Antoñito Conde, er mozo de estoque, que nasió un marte, y una hermana de la cariad.

“A su lao siempre, no le tocó nadie sin que er lo viera, y sin desnudarse estuvo a su lao hasta que lo dejó en er cementerio. Llegaron a hincharselas las pierna.

“Se ha portao con er matadó como o er matadó se merecía.

-¿Tenía muchos amigos?

-Ya podía tenerlos. Bueno, simpático, modesto y muy aseao. No pasaba un día en er Sanatorio sin que la enfermera Manolita lo lavara y peinara como si fuera a salí.

“Tenía amigos; tanto, que una noche de las que yo hice guardia tuve que atendé a sesenta y tre conferencia telefónica de toda España, y esa noche fue como toa. Una má.

“Y que ma voy a decirle. En er cementerio de Sevilla nos espera. Allí está entre Varelito y Maera, provisionalmente, hasta que le hagan los padre er panteón. Ya ha pasao to, y parese mentira.

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Custodia  Romero  la  famosa bailaora y modelo del pintor Julio  Romero  de  Torres   ofreciendo flores ante la tumba provisional  de  Gitanillo  de Triana  el 2 de Noviembre de 1931,  día  de los difuntos, el mismo año  de su muerte.

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Curro Puya con la hija del empresario de Málaga don Félix Álvarez en enero de 1930

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                          Camino de la Plaza de Toros de Málaga, entrando en el coche

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Curro Puya de descanso en Málaga con su madre Carmen de los Reyes en Enero de 1930 antes de empezar la temporada                                                 

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Su padre y hermana Manuela en 1934

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                             Curro Puya paseando por la playa de Sanlucar de Barrameda 

A  los  catorce  años de su muerte, en 1945, su madre Carmen de los Reyes donó a la  Hermandad   de  los  Gitanos  de  Sevilla  el traje de luces, de seda y oro, que Curro  Puya   estrenó   el  día del trágico desenlace, para que se confeccionara una saya para Nuestra Señora de las Angustias, titular de esta Hermandad.

HERMANDAD DE LOS GITANOS  (Referencia histórica)

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 Antiguas imágenes de la Virgen y del Cristo                                                         

La fundación de la Hermandad de los Gitanos de Sevilla, se remonta al año de 1753, cuando el 9 de agosto de ese año se presentan en el Palacio Arzobispal las reglas fundacionales de la Corporación, para su revisión y aprobación que constaban de 17 capítulos y que son aprobadas tras algunas modificaciones el 7 de diciembre de este mismo año.

En esas reglas fundacionales se establece su sede en el Convento del Espíritu Santo en el barrio de Triana, en donde existía un núcleo importante de ciudadanos de raza gitana, llamados en ese tiempo “castellanos nuevos” y consta como primer Alcalde (Hermano Mayor) y fundador de la Hermandad don Sebastián Miguel de Varas.

La razón de la fundación de la Hermandad está íntimamente relacionada con el momento histórico en el que se produce. Durante el siglo XVIII la raza gitana es objeto de una persecución importante en toda Europa y en España las pragmáticas reales encaminan a los gitanos hacia el servilismo total o trabajos forzados en las galeras reales. Ante esta situación, un grupo de gitanos de la ciudad decidió fundar una Cofradía no solo como símbolo externo de su religiosidad sino también para favorecer su integración en una sociedad donde la célula primordial de tipo religioso y social en que se encuadraban los individuos de la época era la Hermandad.

Con motivo del fallecimiento de Francisco Vega de los Reyes la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Estrella de Triana decide vestir de luto a su imagen titular.

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La Estrella

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Fotografía de Curro Puya en 1928

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Fotografía del Cachorro enmarcada en poder de su sobrino Fernando Baguillo Vega en la cual aparece en la parte inferior la siguiente inscripción:

 A Francisco Vega “Gitanillo de Triana”

 La Hermandad del Patrocinio muy agradecida

Sevilla 4 – XI -  928

Este  mismo  año  de  1945, aparece un articulo dedicado a Curro Puya y firmado por Carlos de Larra  con el seudónimo de Curro Meloja prestigioso cronista taurino de la SER que transcribimos:

“Sus  gentes  le llamaba <> a   este gitano, al que mató el toro. Yo no  sé  el  porqué de tal apodo familiar, que nunca trascendió a  los  carteles. Lo  que  sé  es que  <>  fue  el torero que mejor, con más puro  arte, más  lentamente, más armónicamente  ha  plasmado la verónica  en el moderno toreo reo  de <>  y  <>, que  interpretado  por este artista, a través del espíritu melancólico e indolente de su raza, pudiera definirse como una huelga del toreo, un toreo de <>. <>, más aún que <>, representante como  él  de  la  novísima torería gitana –ritmo y languidez-  trajo al arte de torear una  armonía, un  fondo de musicalidad en tiempo de habanera y una tan adormilada lentitud que  superaba a la que impuso Juan Belmonte al derrocar, revolucionariamente, todos los modos, tiempos, compases y terrenos del toreo anterior a él. La lentitud  de  <>  en  sus  lances de capa  era superior a la de Juan, al extremo que pudiera  decirse que aquellas hasta entonces incomprensibles verónicas de <>, mejoraban al realizarlas <>, porque se adormilaban, soñadoras, al  arrullo  de  la  dejadez  desmayada  del  <>. Las verónicas de  <> tenían  un  sello  tan  artístico, tan  nuevo  en cuanto a concepción y ejecución del arte, y, sobre todo, tan exclusivo y personal, tan bello y tan emotivo, que sólo con esos lances como único bagaje artístico, Francisco Vega de los Reyes se erigió en señera figura del toreo. En lo demás Curro fue, en general, un torero fino y reposado, pero limitado en extremo; lo que se dice- y para él podría aplicarse algún aumentativo- un torero <>. Daba algunos muletazos de estética  suprema, aunque no llegara a la que desprendía de su toreo de capa; no era lidiador, sólo veía y practicaba el  <> y  sólo  le  preocupaba plasmar en todo  instante  la  belleza  del toreo. Como matador –gitano  puro- era deficiente, aunque a veces un rasgo de pundonor le arrojara a herir bien a algunos toros. Nada más fue  <>  como  torero  de conjunto; pero fue nada menos que el Sumo Artífice de la verónica. Su corta vida taurina comenzó en 1925, en que, por encerronas y festivales, se dio a conocer por tierras sevillanas, en cuya capital, y en su  barrio  de  Triana, había  nacido  el  23  de  diciembre  de  1904. Su  capotillo maravilloso le allanó rápidamente  todos los caminos, y tras debutar con gran éxito como  novillero  en  Madrid  en  Julio  de  1926, se  colocó  a  la cabeza de los de su categoría. El  28  de  agosto  de  1927, en la clásica plaza del Puerto de Santa María, Rafael <> le dio la alternativa con un toro de la viuda de Concha y Sierra. Testigo, Juan Belmonte con idéntico cartel, pero con  toros de don  Julián Fernández  (antes  Vicente  Martínez, de Colmenar), confirmó en Madrid su doctorado el 6 de  octubre  del  mismo  año.  En  1928  <>  toreó  69 corridas y ganó un gran  cartel, que  fue  en  aumento. Y en 1931 salió en Madrid, el 31 de mayo, alternando con <> y Marcial Lalanda en la lidia de seis toros de don Graciliano Pérez  Tabernero. Al  dar  un pase con la derecha al tercero de la tarde, llamado <> fue  cogido  y  sufrió tres graves cornadas. Luchó con la muerte durante  cerca  de  tres meses, y  tras  ese  calvario  de  dolores físicos y morales, el pobre  <> falleció  en  el  sanatorio  madrileño  del doctor Crespo, el 14 de  agosto  siguiente. Y  Así  quedó truncada, trágicamente, bárbaramente, la gloría torera  del  pobre <> el <>... CURRO MELOJA, 1945

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                                           Foto ilustrativa  del articulo de Curro Meloja

 

             CORRIDAS QUE TOREÓ CURRO PUYA EN   

                                               SEVILLA

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                              Curro Puya en un pase por alto en la Plaza de Toros de Sevilla

                           Temporada de 1.925

                                                    15 de Agosto

Debuta como novillero, alternando con Cagancho y Andrés Mérida, novillos de Molina.  En el primer novillo de nombre “Chalequero” herrado con el número 33, negro de pelo, tomando tres varas, da cinco verónicas superiores,  (ovación y música) en la faena de muleta ayudados por alto y uno de pecho, tres por bajos superiores (palmas y música) un pinchazo entrando como se debe y media superior (un torero estupendo y un matador colosal) Su segundo toro se llamaba Monaguillo, en tablas da tres verónicas muy valientes y varios lances sueltos sin lucimiento, varios derechazos alargando el brazo, una estocada caída y media superior (Palmas) Cortó la oreja de su primero. Intentan sacarlo a hombros y el se opone. Obtiene un gran éxito.

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                        Con su abuelo antes de su debut en Sevilla como novillero

 6 de Septiembre

Alternando  con  el Niño de la Venta y Gil Tovar, novillos de Peñalver, destaca  en dos magníficos quites con las manos bajas, que le harían famoso.

4 de Octubre

Dos toros  para  Hipólito, y cuatro novillos de la misma vacada de Félix Suárez, para Gitanillo de Triana y Gil Tovar, destaca en un magnífico quite a  su primer novillo.

11 de Octubre

Alterna con  Epifanio  Bulnes  y  Enrique  Torres, con  novillos  de  don  Juan Terrones, en  el  primer  novillo, que  es  brindado  a Juan Belmonte, al dar un natural, es cogido aparatosamente en el muslo izquierdo.

                            TEMPORADA DE 1926

 6 de Septiembre

 Alterna con José Pérez Gómez “Nili” hermano de Anita Sevilla y Mariano Rodríguez, novillos, dos  de  Flores  Tassara y cuatro Flores Iñiguez, en el quinto novillo al hacer un quite resulta con un puntazo en el escroto.

3 de Octubre

 Novillos  del  Conde  de  Santa  Coloma, alternando  con   Andrés  Mérida   y  Mariano Rodríguez, dio una de cal y otra de arena. Silencio.

                            TEMPORADA DE 1927

 24 de Abril

 Alterna con Torerito de Málaga y Maera con novillos de Carmen de Federico, estuvo muy bien en el primero.

7 de Julio

Alterna con Mariano Rodríguez y Vicente Barrera que debutaba, con novillos de Villamarta, sobresale en un quite colosal al segundo novillo.

29 de Julio

 Mano a mano con Vicente Barrera, con novillos de don Antonio Flores (antes Duque de Braganza), bronca monumental a los dos.

28 de Septiembre

Debut como matador de toros en la primera corrida de la Feria de San Miguel, con  seis  toros  de  don  Rufino Moreno Santamaría, alternando con Rafael El  Gallo y Chicuelo, en el quinto toro realizó un magnifico quite y al repetirlo recibió un pitonazo en la cara, entrando en la enfermería, estoqueando el toro Rafael El Gallo.

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                                      Curro Puya  con Chicuelo recuperándose de una cogida

 9 de Octubre

Corrida a beneficio de la Cruz Roja, toros de don José Bueno, (antes del Marqués de Albacerrada), alternando  con  Rafael  El  Gallo  y  Juan Belmonte, el  ganado  no dio el juego necesario por su mansedumbre.

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                                Toreando En Sevilla a beneficio de la Cruz Roja

                            TEMPORADA DE 1928

 19 de Abril

Toros de Antonio Peñalver, alterna con el Niño de la Palma y Marcial Lalanda, voluntarioso y entrando a matar por derecho.

12 de Octubre

Fiesta  de  la  Raza, toros  de  Antonio  Peñalver, alterna con  Cagancho  y  El  Algabeño. Triunfa  de  una manera  rotunda, demostrando  su calidad de torero, saliendo a hombros de la plaza, camino del barrio de Triana.

21 de Octubre

Corrida  de  la  Cruz Roja, toros  de  doña  Carmen de Federico, alternando con Antonio Márquez y Palmeño. Gran faena al  segundo  toro de la tarde, cortando las dos orejas y sale a hombros de la plaza.

28 de Octubre

Corrida  de  la  Asociación  de  la  Prensa. Toros  de don Rufino Moreno  Santamaría, alterna con chicuelo mano a mano. No estuvo bien. Silencio.

4 de Noviembre

Festival benéfico, ganado: dos novillos de Concha y Sierra para Juan Belmonte que los rejoneó magistralmente. Cuatro novillos de Miura, Santa Coloma, Antonio  Flores y Villamarta, torean  Pepe Belmonte, Niño de la Palma Mariano Rodríguez y Gitanillo de Triana, que estuvo bien.

En el Blanco y Negro, Almanaque para 1929, aparece una crónica firmada por Rafael Sánchez-Guerra y titulada “Pronósticos taurinos” entre sacamos la parte dedicada a Rafael Vega de los Reyes “Gitanillo de Triana” y que transcribimos literalmente:

“¿Que hará Juan Belmonte? Yo creo que Juan volverá a vestirse de luces. Ni él puede estar mucho tiempo sin torear, ni los aficionados podemos resignarnos a no verle. Belmonte es un artista, y los artistas no se retiran nunca. Ningún escultor anuncia jamás cual va a ser su última estatua, ni ningún pintor su último cuadro, ni ningún literato su última novela. A veces descansan y no trabajan, pero sin pensar nunca en retirarse. Juan volverá a ocupar su cátedra. Los discípulos le aguardan y el sillón sigue vacante.

Entre esos discípulos hay uno que, el día de mañana, podría hacer, con probabilidades de éxito, oposiciones a la cátedra. Se llama Francisco Vega y se apoda Gitanillo de Triana. Es el alumno más aventajado de la escuela belmontina. Torea con mucha lentitud y mucho temple, y yo creo que en 1929 va a ser el diestro que más corridas contrate. Se colocará este año definitivamente, y, si la suerte le acompaña, alternará cerca de cien festejos taurinos.”

Desgraciadamente la suerte no le acompañó, no llegó el día de mañana y no hizo las oposiciones a la cátedra que pronosticaba el critico taurino.

                                   TEMPORADA DE 1929

19 de Marzo

Mano a mano con Chicuelo, con toros de Villamarta, no estuvieron acorde con las expectativas que despertó esta corrida.

18 de Abril

Primera de Feria, con toros de doña Carmen de Federico, alterna con  Niño de la Palma y Félix Rodríguez, estuvo muy deslucido. Silencio.

19 de Abril

Segunda de Feria, ocho toros de Villamarta, alterna con El Algabeño, Félix Rodríguez y Cagancho, teniendo otra tarde deslucida.

21 de Abril

Cuarta corrida de Feria, toros de don Antonio Peñalver, alternando con El Algabeño y Niño de la Palma, bastantes muestras de desagrado y pitos.

3 de Junio

 Toros  de  Coquilla, alternando  con  Chicuelo  y  García  Lalanda. Esta  fue la última que toreo en Sevilla, estuvo muy deslucido.

Este  mismo  día  cuando terminó esta corrida, se dirigía con su padre a Utrera, en automóvil, a visitar a su  hermano  Rafael  que  estudiaba  en los Salesianos, sufrió un accidente de trafico antes de llegar a Alcalá de Guadaira, entre Torreblanca y el antiguo polvorín, sufriendo graves lesiones de las que tardó bastante tiempo en recuperarse.

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                                 Curro Puya es trasladado en camilla  tras sufrir el accidente

EN MÉXICO

Al finalizar la temporada de 1928, Curro Puya se encontraba en el momento más importante de su carrera, embarcó para México, no consiguiendo triunfar en sus primeras corridas, ante la situación creada es atendido por la familia Morales hasta conseguir grandes triunfos, tanto en la  Plaza del Toreo  de la capital, como en los diversos estados mexicanos que le valieron para que le otorgaran la Oreja de Oro.

Ante el comportamiento de esta familia mexicana  “Curro Puya” atendiéndola en cuantas necesidades se le presentaron.

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 Pasaporte otorgado a Curro Puya para su desplazamiento a México

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El Sr. Morales con su hija que atendió a  Curro Puya en México antes de sus triunfos

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Dedicatoria del reverso de la fotografía de la familia Morales

LA DINASTIA

La semilla dejada por Francisco Vega de los Reyes, primer “Gitanillo de Triana” con su prematura muerte dejó una indeleble huella en la afición y muy en particular en el barrio de Triana.  Los “Puyas” trianeros quedaron impregnados de tristeza y aflicción. Su madre triste, llorosa, afligida por la pena, frecuentaba diariamente su tumba en el Cementerio de San Fernando, hasta tal punto, que el Ayuntamiento de Sevilla ordenó la colocación de un banco cerca de su panteón para el descanso de una madre afligida.

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Tumba de Gitanillo de Triana en el Cementerio de San Fernando

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Banco ante la tumba de Gitanillo de Triana, ordenado colocar por el Ayuntamiento

Sus hermanos y sobrinos quisieron seguir honrando su memoria y emular sus triunfos, naciendo una saga de toreros, que si bien no alcanzaron su fama, dejaron patente el estilo creado por el genial torero, siendo su hermano Rafael el que llegó a alcanzar el doctorado con el mismo seudónimo artístico y fallecido desgraciadamente en un accidente de automóvil.  Su hermano Pepe también destacó como un excelente torero falleciendo el 18 de Marzo de 1990 y retratado por el pintor Antonio Badia. Sus sobrinos también se iniciaron en la profesión: Vicente Vega Humanes “Gitanillo Chico” hijo de su hermano “Pacorro” nacido 8 de Noviembre de 1920 toma la alternativa el 10 de agosto de 1952 en la Plaza de Toros de Carabanchel de manos de Jerónimo Pimentel, con toros de Miura, falleciendo en accidente de carretera en Huelva, el 26 de Junio de 1976, estando dedicado al apoderamiento; Francisco Vega Serrano, hijo de Antonio, no tomó la alternativa terminando de mozo de estoques de Antonio Ordóñez. Con la retirada de Francisco Moreno Vega, “Curro Puya”, hijo de su hermana Pastora, gran novillero y subalterno se podría decir que se termina la dinastía, un principio y un fin, si bien un sobrino nieto Francisco Ramírez González, con el mismo seudónimo de “Curro Puya” torea algunas novilladas sin caballos, retirándose.

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“Pacorro”  padre de Gitanillo Chico con su familia.

“Pacorro” era un gran aficionado a los gallos de pelea

RAFAEL VEGA DE LOS REYES

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RAFAEL VEGA DE LOS REYES  “GITANILLO DE TRIANA¨

 Rafael Vega de los Reyes, nació en Triana el día 21 de Marzo del año de 1915, siendo el menor de los siete hermanos. Dos años más tarde de la muerte de su hermano  en 1933 torea 31 novilladas en todas las plazas de categoría, tomando la alternativa el 19 de Agosto del mismo año en la Plaza de Toros de Málaga de manos de Domingo Ortega con toros de Villamarta y testigo Victoriano de la Serna. La confirmación de la alternativa la realiza en Madrid el 24 de Mayo de 1934 de manos de Marcial Lalanda y testigo El Estudiante, con reses de Villamarta. En 1934, pierde cartel y sólo torea cinco corridas.

Una vez pasada la Guerra Civil reaparece en 1944 acompañando en los carteles a Manuel Rodríguez “Manolote”. , al que le unió una gran amistad hasta el punto de llegar a ser su compadre al apadrinar a unos de sus hijos. La muerte del genial torero cordobés, cogido en Linares, siendo compañero de cartel, influye decisivamente en su carrera, retirándose de los ruedos.

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 Rafael Vega de los Reyes y   Manuel Rodríguez “Manolete” compañeros de cartel en Linares

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Rafael Vega de los Reyes con Manolete

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Rafael Vega de los Reyes en un pase por alto

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Rafael Vega de los Reyes con su hermano Pepe

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Rafael Vega de los Reyes con Manolo Caracol

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Rafael Vega de los Reyes con Antonio Ordoñez

Rafael Vega de los Reyes estableció negocios de restauración en la capital de España.

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Carta del Restaurante y la Boite “Gitanillo´s propiedad del Rafael Vega de los Reyes en Madrid

Falleció el 24 de Mayo de 1969 en Belinchón(Cuenca) en accidente de automóvil, en compañía de su yerno, el también torero Héctor Álvarez.

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Sobrinos y familiares en la misa oficiada en la Parroquia de Santa Ana, con motivo del fallecimiento de Rafael Vega de los Reyes. Sentado y en primera fila su hermano mayor Manuel por todos llamado “Pacorro”

JOSE VEGA DE LOS REYES

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            José Vega de los Reyes en su debut de novillero con sólo 15 años de edad

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                                        José Vega de los Reyes con traje campero

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                        José Vega de los Reyes en una fotografía clásica de la época

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                                 El pintor Antonio Badia pintando a José Vega de los Reyes

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                                              Antonio Badía con José Vega de los Reyes

FRANCISCO MORENO VEGA “CURRO PUYA”

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Francisco Moreno Vega, hijo de su hermana Pastora nace el 29 de Junio de 1934, no llegando a conocer a su tío. Debuta en el año 1954 en Tarragona con caballos, llegando a torear treinta novilladas en las plazas más importantes. En Sevilla debuta el 26 de Junio de 1955, con novillos de Juan Belmonte en compañía de Jaime Bravo y José Rodríguez “El Pío”.  El uno de Octubre de 1955 sale a hombros de la Plaza de las Ventas de Madrid. El 24 de septiembre del año de 1959, toreando en Madrid por San Isidro con novillos del Conde de la Corte y en compañía de cartel con Manolo Carra y José Julio, sufre una cogida grave que le rompe la femoral. Anteriormente, en el año de 1958,  había actuado en Sevilla donde salió a hombros, cruzando el puente como es tradición de los toreros trianeros, y llevado hasta su barrio de Triana.

Como banderillero ha actuado a las ordenes  Rafael Ortega y Manolo Vázquez (1961). Con Miguel Báez “Litri” (1964). Con Curro Romero (1965-1966) con Antonio Ordóñez desde el año 1967 hasta la retirada de éste. Con Manolo Cortés (1972-73-74) y el año de 1975 con José Antonio Campuzano, retirándose definitivamente en el año de 1988.

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                                  Francisco Moreno Vega “Curro Puya”  triunfa en Sevilla

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Francisco Moreno Vega “Curro Puya" a hombros por la calle Cisne en Triana después de triunfar en la Real Maestranza en 1959

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Francisco Moreno Vega “Curro Puya”  triunfa en Madrid teniendo de compañeros de cartel a Jaime Ostos y José Rodríguez “El Pío”

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Francisco Moreno Vega “Curro Puya” toreando en la Plaza de Toros Barcelona

COINCIDENCIAS HISTORICAS

A Curro Puya lo coge el toro Fandanguero, justamente a los cuarenta y siete días de haber sido proclamada la República Española. Estando ingresado en el Sanatorio del Doctor Crespo se inaugura la Plaza de Toros de la Ventas el día 17 de Junio. Corrida organizada por el Ayuntamiento de Madrid para remediar la crisis motivada por el paro obrero.

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Perspectiva de la calle Pureza a principios del S. XX  por la que correteó Curro  Puya cuando era un niño

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Calle Castilla anegada en año de 1917

UNA RIADA TRES DÍAS DESOLADORES

6 de Marzo: Reina una f0rtisimo temporal que causa graves destrozos en edificios y arbolado; crece rápidamente el Guadalquivir y queda nuevamente cerrado el Puerto.

7 de Marzo. Continua el temporal fuertísimo.- El río Guadaira se desborda, inundando la avenida y el Prado de San Sebastián y sus alrededores, el Parque de Maria Luisa, la Plaza de América y paseos.- Se desploma parte del ábside de la Parroquia de San Marcos, causando en el templo grandes deterioros y quedando en su consecuencia cerrada al culto.

9 de Marzo: La riada alcanza la mayor intensidad, subiendo las aguas a considerable altura sobre su nivel ordinario, mayor que la del año 1912.- El barrio de Triana queda totalmente arriado, llegando en algunas calles a tener cerca de dos metros de agua; también cubren estas los Paseos de Colón, orilla del río, Prado de San Sebastián, Delicias y Parque.- Llega de Madrid comisionado por el Gobierno para estudiar los medios con que combatir los efectos de esta riada y procurar evitarlas en el porvenir, el ingeniero Sr. Gelabert, visitando los barrios inundados.- En la Alcaldía y con el mismo fin celebran reunión las autoridades, los representantes en Cortes y los ingenieros.

10 de Marzo: Mejora el tiempo y las aguas inician seguidamente su descenso, quedando por la tarde desaguada Triana, los paseos y el Parque.

Manuel Chaves Nogales: Crónica abreviada o registro de sucesos de Sevilla, Sevilla 1917.

 Cuando se produce esta riada, Curro Puya tenia la edad de sólo 14 años de edad.

El 23 de Octubre del año 1912 una conferencia del escritor catalán Eugenio Noel en el Circulo Republicano, en contra de las corridas de toros, finaliza con un abucheo general y una persecución del conferenciante por las calles del centro, hasta lograr refugiarse en la Cervecería España.

El cinco de Noviembre de éste mismo año se declararon en huelga cuatrocientas trabajadoras de los almacenes de aceituna de Triana.

El 20 de Diciembre del mismo año que debuta Curro Puya como novillero, 1924, se inaugura a línea e tranvías desde Sevilla a la Pañoleta.

El 20 de Diciembre de 1927, año de la alternativa de Curro Puya, es inaugurado el Dispensario de la Cruz Roja Infanta Luisa en la calle San Jacinto.

El 9 de Mayo de 1929, inauguran los Reyes con gran solemnidad la Exposición Iberoamericana de Sevilla.

Cuando llega el féretro de Curro Puya a Sevilla es alcalde don José González y Fernández de la Bandera que había tomado posesión el día 26 de Junio de 1931, año de la muerte de Gitanillo de Triana.

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 Pepe Pinto,  Manuel Vega “EL Carbonero”  (Cantaores) y Niño Ricardo (Tocaor) artistas famosos de la época de Gitanillo de Triana 

 EPILOGO    

Era de justicia realizar un reconocimiento público a Francisco Vega de los Reyes “Gitanillo de Triana”, torero trianero que llegó ser una gran figura del toreo creando un estilo muy personal que quedó grabado en los anales de la historia.

Los motivos que me han guiado a recuperar su memoria no  son otros, que al morir muy joven y en una  época de grandes convulsiones sociales, quedó, ya pasado el tiempo oscurecida su personalidad, tanto su condición humana como artística.

Ha pasado el tiempo, ya no quedan testigos presénciales que con su voz nos hayan podido comentar en vivo aquellas tardes inolvidables de su toreo, al menos no lo hemos encontrado, y si así hubiese sido, al ser estos de avanzada edad, creemos que no me hubieran aportado lo necesario. He tenido que recurrir a la investigación, a los datos tanto textuales como gráficos en medios de prensa de la época, como así a las nuevas tecnologías que ponen al alcance de cualquiera todo lo necesario que nos pueda servir para enriquecer el trabajo propuesto, y muy en particular a su familia facilitándome todo los documentos obrantes en su poder.

La base primordial de este trabajo  ha sido tomada de un libreto editado, sin firma, no apareciendo editorial y publicidad alguna, distribuido a la muerte del genial torero que se vendió al precio de cincuenta céntimos. Este me ha sido facilitado por su sobrino Francisco Moreno Vega,  con el  seudónimo artístico de “Curro Puya” hijo de su hermana Pastora, torero ya retirado y en la actualidad profesor de la Escuela de Tauromaquia de Sevilla. 

La idea de llevar a cabo esta trabajo nació al caer en mis manos una lectura taurina donde aparecía su nombre con la fecha de nacimiento y muerte coincidiendo con los cien años  en que vio la luz primera en su barrio de Triana.. Desde aquel mismo momento y hora pensé que era necesario honrar su memoria.

Ya en la lejanía del tiempo es importante tener a nuestro alcance, todo lo que significo Francisco Vega de los Reyes “Gitanillo de Triana” en la reciente historia de nuestra Fiesta Nacional,  quedando un testimonio enriquecido con las aportaciones gráficas y textuales que puedan servir para mayor conocimiento de todos aquellos aficionados a la fiesta de los toros, o no aficionados, ya que fue parte integrante de la historia de nuestra ciudad y del barrio que lo vio nacer y crecer: Triana.

Pensamos que todo lo expuesto ha sido el principio y el fin de una dinastía de toreros trianeros. Son otros tiempos, Triana no es la que fue, pero aún sigue guardando en su memoria todos aquellos personajes que la hicieron universal, y en este caso en el mundo del toro por la cual se significó. Francisco  Vega de los Reyes, “Gitanillo de Triana” para los trianeros Curro Puya, con su arte memorable contribuyó a engrandecer nuestra fiesta y a su barrio de Triana. 

AGRADECIMIENTOS

El haber rescatado la memoria de Francisco Vega de los Reyes “Gitanillo de Triana” insigne torero trianero, se lo debemos a todos aquellos que desde el primer  instante que le fue comentada la intención no dudaron en aportar todos lo medios y conocimientos que tenían a su alcance.

Manuel Pérez Luque, Presidente de la Peña Trianera y a toda su Junta Directiva de esta insigne institución en la defensa de los valores trianeros, en la cual se celebraron dos actos dedicados a Curro Puya para honrar su memoria.

Los toreros José Maria Susoni y José Rodríguez  “El Pío” que participaron en la mesa como ponentes, en los actos celebrados.

Carlos Crivell y José Luis López, críticos taurinos del Diario El Mundo y Sevilla Televisión, que con su participación aportaron los conocimientos en el mundo del toro.

La familia, que no dudaron en aportarme todos los documentos obrantes en su poder y muy en particular a sus dos sobrinos: Francisco Moreno Vega y Fernando Paguillo Vega, hijos de su hermanas Pastora y Manuela.

Antonio Badía Lozano, insigne pintor, gran aficionado a los toros, autor de la portada de este libro.

Francisco Solís Pérez, coleccionista de imágenes antiguas de Sevilla, trianero de pro nacido en plena Cava de los Civiles, médico por la Universidad Hispalense y en la actualidad Mayorista de Pescados en el Mercado Central de “El Barranco” en Mercasevilla que  ha facilitado las imágenes de Curro Puya que acompañan a este libro.

Manuel Cerrejón Redondo, investigador trianero de flamenco que nos ha facilitado de su archivo fotografías  de Custodia Romero y Curro Puya.

A todos ellos mi más sincero agradecimiento.